“Me tiraron un tiro, se me pudrió”

Redacción de La Nueva.

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El Ruso me llama. Lo veo y no atiendo. Son las 4 del jueves. Vuelve a la carga. Ahora con mensajes. Ni los miro. No da. Es muy tarde y en un rato me tengo que levantar.

A las 6, el despertador se vuelve insoportable. Lo apago. Ducha. Café. Tostada. Auricular. Radio. Caminata de 7 cuadras. Ascensor.

Empiezo la jornada. Escucho. Escribo. Controlo. Hablo con mis compañeros. Primer cigarrillo del día. Café.

--¿Alguien va a almorzar?

Último café. Segundo cigarrillo del día.

--Me voooooooooooooooooy.

Camino a casa… Uuuuhhh. ¡El Ruso! ¿A ver qué quería?

“Amigo me tiraron un tiro, se me pudrió, prestame 300 pesos por favor. Tengo ke devolver un ville. Este gato me la pone”. (A las 4)

“Por favor amigo”. (A las 4:05)

“Masa, contestame. Por favor”. (A las 4:10)

Habían pasado casi 11 horas. Le mandé un mensaje.

“¿Estás bien? ¿Qué pasó?”

“No importa. Tuve un problema con un boludo, k se asía el pistolero, pero ya está”. (Ah, sí. El Ruso escribe así).

Respiré. El Ruso me respondió más rápido de lo que le respondí yo.