Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Gernica en la tela y en el alma

Se cumplieron el mes pasado los primeros 80 años del bombardeo de la ciudad vasca de Guernica.

La historia refiere la decisión de Adolf Hitler de ser parte de la guerra civil española, apoyando a Francisco Franco, lider del golpe de Estado de 1936 contra el gobierno democrático de la Segunda República de la Península, lo cual desembocó en la guerra civil.

El primer ataque lo realizó un Dornier Do 17 alemán y tres Savoia S-79 italianos, con la misión de bombardear la carretera y el puente al este de Guernica, para obstaculizar la retirada del ejército republicano. A las 6 de la tarde se produjo el bombardeo más intenso, con bombas explosivas e incendiarias.

Fue el primer ensayo de “guerra totalitaria”. Primero bombas para alarmar a la población, luego oleadas de bombarderos y, por último, aviones ligeros ametrallando a quienes pretendían huir.

El ataque fue devastador para el pueblo de cinco mil almas, la ciudad símbolo de los vascos.

Fue la primera práctica de bombardeo aéreo para los alemanes, que se preparaban para la segunda guerra mundial, a la cual los aliados pondrían punto final con otra bomba, de gran hongo atómico, arrojada sobre Hiroshima, la ciudad japonesa famosa por la belleza de sus sauces, atacada en su día de mercado.

Conmovido por la masacre a la ciudad famosa también por su centenario roble, donde juraban sus fueros los reyes en la edad media, el pintor Pablo Picasso realizó, en 35 días, un mural de 27 metros cuadrados: el Guernica, obra maestra de todos los tiempos, que refleja la devastación de lo ocurrido.

“Gritos de niños gritos de mujeres gritos de pájaros gritos de flores gritos de maderos y de piedras gritos de ladrillos gritos de muebles de camas de sillas de cortinas de ollas de gatos y de papeles gritos de olores que se arañan entre sí gritos de humo que pinchan el hombro de los gritos que se mecen en el caldero y de la lluvia de aves que inundan el mar”, escribió el artista.

Los aniversarios a veces sirve para asomarse por unos minutos al abismo. Guernica es el pasado que la humanidad no debiera repetir, que los países debieran recordar siempre.

No es fácil en un mundo siempre convulsionado, en el cual, para vergüenza del papa Francisco, se acaba de lanzar la denominada “madre de todas las bombas”