Placer bajo las sombras

David Roldán

droldan@lanueva.com

Quien en alguna oportunidad ha visitado la ciudad de Necochea, seguramente habrá conocido uno de los principales atractivos que tiene: el parque Miguel Lillo.

Es más, es muy probable que lo haya disfrutado un poco más cuando llega el verano.

Es que en estos tiempos resulta un imán del cual uno no puede desprenderse.

El parque, que esta junto a la villa marítima, representa una de las principales referencias.

Y la oportunidad de ir y quedarse varias horas, se da, en especial, en aquellos días en que estar en la playa se transforma en una odisea, producto del mal tiempo o de la aparición de los vientos que provienen del mar y que obligan a colocarse algún abrigo.

Ese es el momento en el que los integrantes de la familia coinciden en la expresión de "Vamos al parque..." y todos enfilan hacia ese lugar incomparable. Si es temprano, se apuntará a las parrillas, para preparar un buen asadito, mientras se disfruta de unos buenos mates.

Los chicos tendrán mucho para no aburrirse debajo de una arboleda que de todo los protege y que, a la vez, sirve para disimular las temperaturas que se han venido hacia abajo. La tarde renovará la oportunidad de hacer un paseo, de andar en bicicleta, de subirse al mini tren o bien de quedarse sobre una reposera charlando de lo que no se charla durante el año.

No olvide. Si va a Necochea, visite el Parque Lillo. Lo disfrutará.