Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Malvinas: un inesperado bonus de la visita a Holanda

   "Fue un bonus inesperado, el tema siempre está, pero no en esta dimensión", se ilusionaron en la comitiva que acompaña al presidente Mauricio Macri luego del rotundo espaldarazo que recibió ayer en La Haya el reclamo argentino de soberanía sobre las Islas Malvinas.

   Mejor que eso, y de allí tal vez el entusiasmo de esos voceros en contactos con funcionarios que permanecieron en sus despachos de la Casa Rosada, el ofrecimiento del gobierno de Holanda de ayudar en lo que sea necesario para que los gobiernos de la Argentina y Gran Bretaña se sienten a una mesa a discutir el tema tal como lo reclama la resolución 2065 de las Naciones Unidas.

   La visita oficial de Estado de Macri a los Países Bajos ya venía rodeada de unfranco optimismo de parte del propio presidente y de los funcionarios que lo acompañan en esta incursión de apenas 48 horas por tierra holandesa, si se desagrega el casi día y medio que el presidente y Juliana Awada pasaron en la residencia de campo de los reyes Guillermo y Máxima en plan privado.

   Un privilegio fuera de protocolo que tiene antecedentes contados con los dedos de una mano. Hecha la salvedad, claro, de que la reina y el presidente son amigos desde hace 30 años y compartieron colegio, aunque no aula, cuando cursaron la secundaria en un exclusivo instituto del norte del Gran Buenos Aires.

   Si bien el gran interés que mostró el lunes más de un centenar de empresarios holandeses por las oportunidades de negocios que ofrece la Argentina ya daba para celebrar en el seno de la comitiva, el espaldarazo en el tema Malvinas vino a ser la frutilla que coronó el postre de una mini gira que, descuentan ahora mismo en la Casa Rosada, superó todas las expectativas.

   Más todavía cuando no hace mucho el kirchnerismo montó una campaña en la que acusó al gobierno de "traición" y de "desmalvinizar" el reclamo, tras aquella reunión de Susana Malcorra y el vicecanciller británico Alan Duncan en septiembre pasado, cuando firmaron un comunicado, una "hoja de ruta" sobre los temas pendientes de la relación bilateral aunque sin mencionar concretamente la disputa de soberanía.

   La cuestión fue introducida esta mañana en la reunión que Macri y Malcorra mantenían con el primer ministro Mark Rutte y los presidentes de ambas cámaras del Parlamento de los Países Bajos, además de otros diputados y senadores.

   Entre ellos, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, quien en medio de la conversación pidió conocer el estado de la cuestión Malvinas, y avanzó un paso más: ofreció la ayuda del gobierno para buscar caminos que permitan resolver la disputa de soberanía.

   Macri y Malcorra, a quienes secundaba el secretario de Asuntos Estratégicos del gobierno, Fulvio Pompeo, aceptaron la oferta y pidieron que sea considerada en el seno de la Unión Europea. Ello pese a que justamente mañana el Reino Unido dará el primer paso oficial para concretar su salida del bloque, tras el triunfo del Brexit.

   Solo el tiempo dirá si se trató de una expresión de deseos de un gobierno "amigo", como definió un vocero presidencial al reino de Holanda, o si habrá por primera vez en años algún resultado concreto. Lo que llamó la atención fue el gesto del Parlamento.

   "Siempre esperamos una mención de apoyo a los reclamos de soberanía en la declaración conjunta, pero esto salió de ellos sin que el presidente o la canciller hayan propuesto nada", completaron el entusiasmo los funcionarios gubernamentales.

   El apoyo a la causa Malvinas que se manifestó hoy en la sede del gobierno del liberal Rutte, en La Haya, fue completado con otro gesto de indisimulable cercanía del reino con la Argentina.

   No sólo el primer ministro enfatizó en su discurso que veía con satisfacción las medidas adoptadas por Macri desde que llegó a la Casa Rosada, sino que dijo sin eufemismos que el nuevo rumbo de la economía "está dando sus frutos". Además les deparó una sorpresa: al almuerzo en el edificio del gobierno frente a la Plaza Bienenhoff, también se sentaron, fuera de programa, los reyes Guillermo y Máxima.