Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Macri, enojado por el rojo fiscal

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.
Fotos NA y DyN

   "Fue un mensaje para todos, sin nombre y apellido".

   "Al que le quepa el sayo que se lo ponga".

    "Fue un elogio para Nicolás".

   En efecto, hubo explicaciones para todos los gustos, o según quienes fueren los interesados o los apuntados, luego del "reto de Mauricio Macri a su propio elenco de ministros y secretarios por el elevadísimo déficit fiscal que muestran las cuentas públicas. Y la aparente, en visión del propio presidente, falta de rigor de algunos sectores del equipo económico para atacar ese flagelo que compromete el futuro cada vez mejor que promete el mandatario en cada uno de sus discursos.

   "Si acá no hay alguien que se preocupe de bajar el déficit fiscal, esto no va a andar", había dicho temprano en la mañana el presidente para mostrar su disgusto con el estado de las cuentas.

   Fue durante la larga reunión de gabinete ampliado, de la que participan las autoridades de Pro en el Congreso encabezados por Gabriela Michetti, en el Salón Eva Perón de la Casa Rosada. Macri escuchó allí un informe de al menos dos ministros, Nicolás Dujovne y Francisco Cabrera, referidos a la marcha de la economía y las proyecciones para 2018.

   Macri apareció inmediatamente después en el Salón de los Científicos para encabezar la ceremonia de firma de un acuerdo para el desarrollo de la biotecnología entre el sector público y privado. Allí estaban Dujovne y sus colegas de Salud, Jorge Lemus, y de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, junto a empresarios del sector, científicos y funcionarios.

   Fue en el breve mensaje final donde el presidente, tal vez para aventar rumores, no sólo insistió con aquella frase sino que buscó dejar en claro que al menos en el caso del ministro de Hacienda, no se trataba de un reto sino de un elogio.

   Ocurrió luego que Dujovne le pusiera la firma al acuerdo. Y que lo hiciera con un gesto que a Macri no se le escapó. "Está bien que l ministro mucho no le guste firmar este compromiso, él tiene que cuidar el gasto, y aquí algunas exenciones se nos van a ir", dijo.

   Es que la ley, que fue sancionada hace diez años, durante el gobierno de Cristina Fernández, pero luego durmió todo ese tiempo en un cajón de la secretaría Legal y Técnica del kirchnerismo, nunca fue reglamentada.

   La oficina ahora a cargo de Pablo Clusellas retomo hace meses la gestión para ponerla en vigencia y finalmente fue reglamentada, lo que permite poner en aplicación algunos de los beneficios que trae su texto, como una rebaja de impuestos para todo el sector de la biotecnología que encare proyectos conjuntos con el Estado.

   Que es lo que a Dujovne no le hace mucha gracia. "Al ministro le está costando firmar, pero está bien, cada uno tiene que cumplir su rol, y si no hay alguno que se preocupe por ir bajando el déficit fiscal esto no va a andar", dijo Macri casi por lo bajo aunque no tanto para que el resto no lo escuchara entre sonrisas y gestos de aprobación.

   En el Gobierno se decía en las últimas jornadas que a la mirada severa de Macri sobre el gasto público y el elevado déficit se le suman, pero por razones totalmente opuestas, las de algunos ministros y funcionarios políticos del gabinete que criticarían el "excesivo celo" que ha puesto Dujovne en el armado del presupuesto 2018, que en dos semanas deberá ser enviado al Congreso para dar inicio a la previsible pelea con la oposición.

   Conclusión para aquellos comentarios apenas terminada la reunión de gabinete: el presidente está molesto con quienes no se muestran firmes a la hora de defender una fuerte rebaja del rojo de las cuentas, y por el contrario buscó darle un aval a Dujovne, quien para más datos viene de presentarle ayer un proyecto de reforma tributaria, que esconde un par de capítulos de una todavía más dura reforma laboral, que no promete precisamente playas serenas para el oficialismo cuando el texto desembarque en el Congreso.

   A mitad de camino entre el presidente y los críticos de Dujovne por lo "amarrete" del proyecto y las metas a cumplir el año que viene, en la Jefatura de Gabinete salen como siempre a bajar los ánimos y sostienen que "necesariamente" el déficit de 2018 será sustancialmente menor porque a la vez bajará el elefantiásico gasto público que suele desplegarse en cada año electoral como el que transcurre.

   Entre otras metas que se ha propuesto el ministro de Hacienda, que al menos hoy se llevó del Salón de los Científicos un fuerte respaldo personal y público del presidente.