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Niños de baja talla: no dejemos de cumplir con el tratamiento

Para lograr que alcancen la mayor altura posible, es fundamental respetar en forma adecuada las pautas indicadas por el especialista.
Niños de baja talla: no dejemos de cumplir con el tratamiento. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

Si son detectados a tiempo, algunos de los trastornos del crecimiento pueden ser tratados favorablemente a través de la terapia de reemplazo de hormona de crecimiento durante la infancia y adolescencia, permitiéndoles a estos niños alcanzar una talla cercana a la que hubiesen presentado sin el déficit hormonal que la patología responsable le ocasiona.

Los especialistas insisten en que sería fundamental el cumplimiento en forma adecuada del tratamiento indicado, ya que hay un tiempo médico que permite su indicación para la administración de la terapia y la oportunidad de crecimiento que se pierda podría ser irrecuperable.

Ya está disponible en nuestro país una nueva versión del dispositivo para la aplicación de la hormona de crecimiento recombinante humana.

Este aplicador mejora la experiencia del paciente al permitir, entre otras cosas, establecer la profundidad de la aguja y la inclinación. También le ofrece al médico tratante la posibilidad de monitorear online el cumplimiento de las aplicaciones indicadas.

El monitoreo permite obtener importante información acerca de adherencia y favorecer el seguimiento de cada paciente.

Los profesionales de la salud están convencidos de que la baja adherencia podría ser una de las principales razones por la cual, en algunos casos, el tratamiento no se corresponde con lo esperado. La doctora Mónica Warman, médica de planta permanente del servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital de Pediatría S.A.M.I.C. “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”, destacó que el cumplimiento de la terapia es muy importante, ya que aseguraría que estos niños puedan expresar su máximo potencial de crecimiento.

“Una buena adherencia representa, además, la adecuada comprensión por parte del paciente y de su familia, de la patología que lo aqueja. Indirectamente, esto le asegura al médico tratante que el diagnóstico realizado y su intervención fueron transmitidos de una manera correcta”, dijo.

En una etapa inicial, los padres suelen seguir de cerca las aplicaciones diarias de su hijo. Sin embargo, a medida que éste crece y adquiere un mayor grado de autonomía, en ocasiones esta realidad contribuye a que se discontinúe el tratamiento, afectando su optimización, pudiendo de esta forma perjudicarse el pronóstico de la talla final.

Tal como describió la profesional, “esta situación no es despreciable al existir médicamente un tiempo ventana que le permite al profesional tratante la indicación oportunidad de indicar este tratamiento.

“Esto significa que la hormona de crecimiento recombinante humana no se indica a lo largo de toda la vida, ya que los cartílagos de crecimiento se cierran, proceso que ocurre hacia el final de la adolescencia”, expresó.

Otro factor a considerar seriamente para evaluar el resultado óptimo de la terapéutica mencionada lo constituye el momento de la iniciación del tratamiento. Su inicio temprano, (aunque puede variar en función del diagnóstico de cada paciente en particular en función de las distintas enfermedades de base), mejora francamente el objetivo-pronóstico de la talla final.

Debe considerarse también la adecuación de la dosis indicada en función de cada patología y cada paciente: cada aplicación debe contener la cantidad indicada de hormona, esto implica también la necesidad de que los controles médicos sean realizados en forma periódica con el especialista responsable, ya que, frecuentemente, es necesario adecuar la dosis en cada etapa del tratamiento.

Entre los factores que pueden atentar contra una adherencia ideal, Warman enumeró “la mala comprensión de la importancia del tratamiento, tanto en los pacientes como en sus familias, la falta de actitud firme por parte de los padres frente al potencial rechazo del paciente a la aplicación diaria de la medicación, la discontinuidad en la entrega de la medicación, la cronicidad del tratamiento y su vía de aplicación”.

La indicación no es simplemente para los niños que son ‘bajos’, con un objetivo estético, sino que es para aquellos que tienen trastornos concretos vinculados a un déficit de crecimiento. Además de compensar la altura, el tratamiento con hormona de crecimiento recombinante humana neutraliza eventuales problemas emocionales.