Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Vacunarse, la mejor forma de prevención para el riesgo de gripe

Si bien transitamos una época en la que no se dan muchos casos, no está mal estar informado. ¿Quiénes deben recibir la dosis?
Vacunarse, la mejor forma de prevención para el riesgo de gripe. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

La gripe, también llamada influenza, es producida por un virus sumamente variable que cambia constantemente y que es capaz de evadir el sistema inmunológico del organismo y causar una infección.

Es una infección viral que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones.

La infección dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.

La mayoría de los afectados se recupera en una o dos semanas, sin necesidad de recibir tratamiento médico.

Sin embargo, en niños pequeños, personas de edad avanzada y con condiciones médicas de base, la infección puede conllevar graves complicaciones de la enfermedad subyacente, provocar neumonía o causar la muerte.

Hay tres tipos de gripe estacional: A, B y C.

Los virus de la gripe de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinaciones de dos proteínas de la superficie del virus (H y N).

Entre los muchos subtipos de virus de la gripe A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A --H1N1-- y A --H3N3--.

El virus A --H1N1-- circulante también se denomina A --H1N1-- pdm09, que causó la pandemia de 2009 y posteriormente sustituyó al virus A --H1N1-- estacional que había circulado hasta 2009. Todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus de la gripe de tipo A.

Los virus de tipo B circulantes pueden dividirse en dos grandes grupos o linajes (B/Yamagata y B/Victoria) y no se clasifican en subtipos.

Los virus A y B circulantes causan brotes y epidemias.

Es por ello que en las vacunas contra la gripe estacional se incluyen las cepas pertinentes de virus A y B.

Las vacunas antigripales trivalentes incluyen dos cepas A y una cepa B y las vacunas cuadrivalentes incluyen una segunda cepa B y, por lo tanto, brindan mayor protección.

Los virus de tipo C se detectan con mucho menos frecuencia y suelen causar infecciones leves, por lo que su impacto en la salud pública es menos importante.

El virus se transmite con facilidad de una persona a otra a través de gotitas respiratorias y pequeñas partículas expulsadas con la tos o los estornudos.

Suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales.

Las personas con gripe a veces sienten algunos o todos estos síntomas:

* Fiebre o sensación de estar afiebrado/con escalofríos.

* Tos.

* Dolor de garganta.

* Mucosidad nasal o nariz tapada.

* Dolores musculares y corporales.

* Dolores de cabeza.

* Fatiga (cansancio).

* Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en lo adultos.

Es importante destacar que no todas las personas con gripe tienen fiebre.

La forma más eficaz de prevenir la enfermedad y sus consecuencias graves pasa por la vacunación.

Mientras más personas se vacunen, menos podrá propagarse el virus a través de esa comunidad.

Hace más de 60 años que se vienen utilizando vacunas seguras y eficaces.

El virus de la gripe es sumamente variable y cambia constantemente.

Por ese motivo es necesario aplicar la vacuna anualmente, ya que la composición de la vacuna cambia de un año a otro, para incluir las cepas más virulentas en reciente circulación.

Los virus de la gripe cambian tan rápidamente que hacen que se deban modificar los virus incluidos en la vacuna, de manera que sea efectiva.Entre las secuelas de la gripe destaco las otitis gripales por los trastornos severos que puede ocasionar.

Cuando afecta las vías aéreas superiores, cursa muy frecuentemente con otitis catarral aguda gripal, que es una entidad que muy frecuentemente se presenta con derrame seroso en oído medio y sordera de más del 30 por ciento.

En cuanto al oído interno, la gripe, como cualquier virósis, es capaz de provocar una cocleopatía severa e irreversible, con pérdida completa de la audición e, incluso, un compromiso del órgano del equilibrio, generando un vértigo crónico con sensación muy penosa.

Es imprescindible concurrir al especialista, a fin de efectuar un diagnóstico correcto del tipo de otitis que presenta el paciente, en particular porque de su evolución depende el futuro del oído comprometido.

Los síntomas principales son: aparición, durante la convalecencia gripal o en el curso de la enfermedad, de dolor intenso y sensación de plenitud (oído lleno), hipoacusia y autofonía.

(*) El autor es especialista en nariz,, garganta y oído y pertenece al Colegio de Médicos,Distrito X.