"A los 12 años juntaba cartones, no quiero volver a eso"
Por Pablo Goicochea / pgoicochea@lanueva.com
Sol Azcárate / sazcarate@lanueva.com
Trabajadores de Servicios Integrados Bahía Blanca llevan 17 días de acampe en la puerta de la empresa que cerró en 9 de julio 954 y los dejó en la calle. Ahí soportan el frío, la incertidumbre y el estar lejos de sus familias.
Reclaman el pago de su último mes de trabajo, de horas extras e indemnizaciones y de nuevas fuentes laborales.
"A los 12 años juntaba cartones con mi familia, no quiero volver a eso. Es feo comer comida que te da la gente. Por eso estamos acá", le contó Matías Fredes a La Nueva., un joven de 23 años.
Matías dejó de pasar tiempo con su novia y de ir al club Cara Sucia en donde está a cargo de un grupo de chicos, para ponerse al hombro la lucha junto a sus compañeros.
"La empresa cerró y aún no mandó los telegramas de despido. Acá había unos 100 empleados y en el país unos 600".
Dicen que siguen ahí gracias a la ayuda de gente que se acerca, pero que el sindicato no aporta: "Pensaron que íbamos a venir 1 o 2 días, que íbamos a hacer un poquito de quilombo y nos íbamos a ir".
La mayoría de los trabajadores que resisten el acampe y que se quedaron en la calle son mujeres, a las que sus compañeros califican como "leonas".
Una de ellas es María Cabezas, que tiene 50 años y llevaba 25 de trabajo en la empresa.
Ella tenía la esperanza de que el retraso en los pagos de los últimos 5 meses fuera un problema que se iba a solucionar, pero ahora ve cómo se le terminan los pocos ahorros y no consigue otro trabajo.
"Yo pensaba jubilarme acá y ahora tengo que empezar de vuelta. Me recorrí todas las empresas de limpieza de Bahía y llevo 25 años de trabajo, pero nadie me llama".
María habla en representación de compañeras que pagan alquileres, que tienen hijos enfermos y que lo único que ven llegar son facturas para pagar.
"Nos deben abril, el último mes de trabajo, y las horas extras en negro. La plata que fuimos guardando ya se está terminando".
"No quiero irme a vivir con mi vieja"
Gerardo Gallo tiene 42 años, un hijo de 11 y es la segunda vez en 2 años que se queda sin trabajo.
"No quiero que mi hijo me vea siempre así, quedándome sin laburo y volviéndome a quedar, porque es cíclico en nuestro país. Y, por otro lado, le doy el ejemplo de que hay que luchar. No me voy a quedar de brazos cruzados".
Dice que siente que los ven como "menos que animales" porque prestaron un servicio que la empresa cobró y a ellos no les dieron sueldos ni indemnizaciones, vacaciones, aguinaldos o aportes.
"Y me da bronca que [el dueño de la empresa] tenga la suerte de que si alguno de nosotros, con 25 años trabajando acá, se lleva una camioneta de acá adentro porque le correspondería, va en cana, y él dejó en la calle a más de 600 personas y tiene todas las de ganar”.
Según contaron los trabajadores, el Municipio les dio unos 40 bolsones de comida.
El Concejo Deliberante los escuchó en la última sesión donde pidieron a los concejales que se declare la emergencia social, así como la gestión de soluciones ante los despidos sufridos.
Por su parte, la corriente "Luche y vuelve" realizará el próximo lunes a las 20 un encuentro solidario a beneficio de los trabajadores del SIBB.
Será en España 462 y la entrada es un alimento no perecedero o una prenda.