Una fuente casi centenaria volvió a tener agua
Inaugurada hace 96 años, la llamada fuente de los ingleses volvió a recuperar parte de su encanto.
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Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Debiera ser una circunstancia normal, lógica, esperable. Sin embargo es noticia: luego de muchos años, la fuente-monumento de la plaza Rivadavia ubicada sobre calle Chiclana tiene nuevamente agua.
Popularmente conocida como la fuente de los ingleses, fue inaugurada el 11 de abril de 1928, día en que Bahía Blanca cumplió su primer siglo de existencia. Se trata de un obsequio de la comunidad británica por ese aniversario tan especial y conforma una de las obras más bonitas desde el punto de vista artístico, revestida completamente con mármol de Carrara.
Arturo Coleman, máxima autoridad del Ferrocarril del Sud, empresa de capitales ingleses que tenía concesionado el ferrocarril, los puertos, el servicio de agua, electricidad, gas y los tranvías, logró que el municipio le diera esa ubicación de privilegio, “frente al lugar donde acamparon las primeras fuerzas nacionales que llegaron a la llanura desértica”, según mencionó en su discurso inaugural.
Ese año el centro de la plaza estaba ocupado por un cuidado cantero, reservado al monumento a Bernardino Rivadavia, hecho que recién ocurriría 18 años después.
La fuente se organiza con una suerte de obelisco trunco, de cinco metros de alto, el estanque, un pedestal con un niño de piedra y cuatro columnas de iluminación. Plazas de bronce y bajo relieves en el mármol muestran figuras alegóricas a las actividades que por entonces sostenían el fuerte vínculo comercial entre ambos países. La presencia de los escudos de ambos países da cuenta de la fraternidad anglo-argentina.
El tiempo pasa
Han pasado 96 años desde aquella inauguración. Como la mayor parte de las fuentes de la ciudad, han sido muchos los años en no funcionó, mostrando seco su estanque, sin agua que fluya por la boca del león de una de sus paredes ni el chorro que surge de la figura del niño. Problemas en el funcionamiento, bombas quemadas, falta de filtros, actos vandálicos son algunas de las causas de esa situación.
Cuando tuvo agua hasta sirvió incluso para que los niños la utilizaran como pileta para refrescarse en verano y hasta tuvo algunos usos singulares, como el de la navidad de 1951 cuando fue utilizada para montar un pesebre.
En octubre de 2021 fue roto el niño del estanque, el cual se encuentra esperando su reparación en la sede de 2Museos, en Sarmiento 450.
Hace un par de años el municipio señaló que la reparación de la obra resultaba demasiado onerosa. Sin embargo la semana última el agua llenó el estanque y hasta un chorro surge del pedestal desocupado.
La fuente volvió a tener sentido, a sumar agua, ruido y movimiento. Volvió a recuperar su calidad ornamental de “fuente decorativa”, según la llamó Coleman. Es de esperar que su funcionamiento sea sostenible y que la obra vuelva a ser una postal de la ciudad.