"Si dependemos del humor de Google, estamos fritos"

Redacción de La Nueva.

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Franco Pignol

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José esta mirando fijo el escenario mientras toca la banda del momento. No importa cuál. Siempre se las ingenia para estar ahí. Con las que pasaron o con las que vendrán.

Su trabajo como periodista cultural en el diario “La voz del interior” le permitió conocer y entrevistar a una gran cantidad de artistas.

La llegada de Internet y los avances tecnológicos, con su posterior evolución desenfrenada también lo modificaron. A él y al periodismo.

Acerca de eso tratará la charla que ofrecerá Heinz el próximo sábado, desde las 20, en el Centro Histórico Cultural de la Universidad Nacional del Sur (Rondeau 29).

Será con entrada libre y gratuita y se solicitará leche, cacao o azúcar para colaborar con distintos comedores.

Todo será en el marco de la tercera fecha del festival “Por una vez que nos juntamos”, que organiza Cultura y Extensión de la UNS. En esta oportunidad también participa el Sindicato de Prensa.

“La idea es compartir experiencias y debatir acerca del periodismo y la crítica musical en estos tiempos hiperveloces que corren. Para alguien que recién comienza en el oficio, la cantidad de información disponible puede abrumarlo, mientras que aquel que se formó en otras condiciones (tecnológicas, socioeconómicas, etc) también encuentra nuevos desafíos, por diferentes razones.

-¿Cómo podemos desenvolvernos ante ese panorama?

-Desde luego que no hay una única respuesta, pero sí ciertas convicciones que van de la mano del ejercicio periodístico y que pueden ayudar a mirar con mejores ojos el panorama de hoy.

-Sos escritor, además de periodista.

-Yo lo veo simplemente como otra faceta de una misma cosa. Trabajar en un medio gráfico te impone ciertas condiciones -los deadlines, el espacio, las temáticas, etc- que una escritura más personal no tiene. Además, se trabaja a medio y largo plazo, por lo general sin imposiciones externas. Eso posibilita algo más pausado y reflexivo.

-¿Cuáles son las notas que más disfrutaste hacer?

-Es difícil elegir. De las entrevistas que ahora me vienen a la mente, recuerdo con particular felicidad una charla telefónica con Mark Everett (un músico increíble que admiro mucho), un largo diálogo que tuve con Daniel Melero en 2014, en el que aprendí muchas cosas, y una entrevista con Slash, concretada por razones estrictamente promocionales, en la que terminó hablando de otras cosas muy interesantes (todo mérito de él, desde luego).

“También he disfrutado muchísimo algunas coberturas, desde festivales multitudinarios hasta recitales barriales. En cuanto a relevancia, te diría que uno de los momentos que más me conmovieron fue compartir una charla hermosa con Queen en el Hotel Faena en 2015. En todos los casos que te nombré, fui a hablar con artistas que admiraba y me llevé la grata sorpresa de que además eran generosos e inteligentes como seres humanos”.

-Todo este caos tecnológico que nos cambia día a día va a tener un futuro próspero o complicado?

-No me gusta vaticinar futuros negros, pero es evidente que nuestra dependencia a los dispositivos tecnológicos (fundamentalmente los smartphones) nos está convirtiendo poco a poco en rehenes. Y eso tiene que cambiar, por eso hay hábitos analógicos que no deberían perderse. La lectura, por ejemplo. Porque si nuestra memoria depende exclusivamente de los humores de Google, estamos fritos.