Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Una quinta parte de la energía eléctrica se pierde por conexiones clandestinas

El problema afecta a quienes tienen un servicio regularizado y a quienes no.
(fotos: Pablo Presti, archivo LA Nueva. y Edes)

Federico Moreno / fmoreno@lanueva.com

   El 20% de la energía eléctrica que llega al sistema local se pierde a causa de las conexiones ilegales.

   Así se desprende de las estadísticas brindadas a este diario por la empresa EDES, cuyos voceros señalaron que el robo de energía es uno de los principales inconvenientes para ofrecer un normal suministro.

   En algunos casos el problema corresponde a usuarios de barrios provistos de todos los servicios que optan por engancharse para no pagar lo que realmente consumen, mientras que otra gran parte consiste en familias de bajos recursos que por vivir en asentamientos informales no tienen la posibilidad de contar con servicios básicos como agua, gas y luz.

   Si bien no cuentan con cifras oficiales como EDES, desde la prestataria del servicio de agua corriente y cloacas, ABSA, manifestaron que las conexiones clandestinas son un problema que no se debe dejar de atender ya que gran parte de las pérdidas denunciadas en la ciudad se debe a esta clase de situaciones.

   Además de afectar a los usuarios en regla que habitan en barrios cercanos a los asentamientos, recibiendo una menor calidad en los servicios, que puede traducirse en bajas de tensión, cortes de luz o baja presión de agua, la delicada situación habitacional de Bahía Blanca deriva en una precariedad preocupante a la hora de hablar de conexiones, especialmente en el caso de la electricidad, por la peligrosidad inherente a este servicio.

   Mientras que cualquier persona que vive en un asentamiento asegura que prefiere pagar por todos los servicios con tal de tenerlos por la vía tradicional y reclama constantemente ante la Municipalidad y las empresas prestatarias, la realidad indica que la regularización de los mismos no es una cuestión sencilla ni de rápida resolución.

   En la gran mayoría de los casos los problemas son derivados de la no tenencia de las tierras, las cuales muchas veces son propiedad del Estado nacional.

   Uno de los problemas más complejos es encontrar soluciones a la cantidad de tierras ocupadas. Nuestra ciudad posee 32 asentamientos y es la tercera con mayor cantidad en el interior de la provincia, posicionándose solo por detrás de La Plata (129) y Mar del Plata (80).

(Iván, 33 años, albañil. Es padre de dos nenas y está en pareja).

La odisea de vivir en Tierras Argentinas

   Tierras Argentinas ocupa un importante macizo de 43 hectáreas que corre paralelo a calle Don Bosco, desde Coulin hasta el Camino Sesquicentenario. Allí “La Nueva.” dialogó con tres vecinos que, como todo el barrio, no tienen conexiones formales de luz, agua ni gas.

   “Estoy hace 2 años en el barrio y vienen amagando con ponernos la luz, pero la Municipalidad pone peros, dice que falta esto o aquello. Hace poco vinieron de la delegación a abrir la calle para que pueda venir EDES, pero ya pasó un tiempo y todavía no vinieron”, se quejó Iván, de 33 años, quien convive con su mujer y 2 hijas.

   “Nosotros estamos enganchados de Vista Alegre, otros de Martín Fierro. Estar así me trae problemas porque los bajones de luz me pueden quemar los electrodomésticos, pero ya estoy preparado y cuando veo que baja la tensión desenchufo todo. Del agua estamos conectados del Martín Fierro, pero encima estamos en el extremo de la red y no tenemos presión ni para llenar la mochila del baño. En verano se hace imposible”, analizó Iván.

   Sobre otros servicios y gastos, el hombre que realiza changas de albañilería explicó que actualmente las garrafas cuestan $130, que no tiene ningún descuento por parte del Estado para adquirirlas y que en invierno su familia gasta unas 3 por mes (unos $390).

   “Internet y teléfono fijo no tenemos, de celular mi mujer y yo gastamos unos $360 cada uno. De televisión cargo, cuando puedo, créditos para una semana de DirecTV”, agregó el hombre.

(Javier, 19 años, otro de los vecinos en esta situación).

   Javier, de 19 años, también es albañil, aunque actualmente se gana la vida haciendo changas de todo tipo. Convive con su mujer y sus 2 hijos, y se fue de Spurr a Tierras Argentinas hace 2 años y medio.

   “Estamos enganchados a la luz del otro barrio pero casi siempre se corta, los días de lluvia a la noche olvidate. Lo más peligroso es que están todos los cables pelados, no pasan tragedias de milagro, el otro día pisamos uno bien grande en un charco y no pasó nada porque por suerte el forro no estaba pelado”, relató el joven.

   “Compramos el cable entre todos y cada uno engancha su casa, cada manzana hace lo mismo. A mí ya se me quemaron 2 televisores, ahora ante la mínima baja de tensión desenchufo todo. Acá la mayoría de las casas son humildes, de chapa, la gente se calefacciona con estufitas eléctricas y eso deja a los vecinos sin energía”.

   “La luz es la prioridad, venimos pidiéndole a EDES hace un año y medio la conexión, no nos molesta para nada pagar, solo pedimos tener el servicio como cualquier bahiense. Cuando vinieron a abrir la calle estábamos todos re ilusionados, los chicos jugaban y cantaban, pero después se enfrió la cosa”, sostuvo Javier.

   El agua y el gas no se quedan atrás. “Nos organizamos, me pongo el despertador a las 3 de la mañana, cuando hay un poco de presión, y llenamos 2 o 3 baldes y la pava para bañar a los chicos. No tengo tanque, tengo tarros de pintura de 20 litros que son un golazo. En verano gastamos mínimo 2 garrafas por mes, está $150 cada una. Nos ha pasado de quedarnos sin gas a las 11 de la noche y no cenar”, lamentó el padre de familia.

(Mariel, en pareja y con dos hijos. En la foto se observa su pilar, construido incluso antes que la casa).

   Mariel vive con su pareja y sus 2 hijos. “Le compré el terreno a un vecino que nos dijo que la Municipalidad ya había anunciado la instalación de la luz, por eso construí el pilar incluso antes que la casa. Es difícil reclamar en conjunto porque los que estamos fijos somos pocos, muchos terrenos cambian de dueño muy rápido”, comentó la mujer.

   “El agua y la luz son lo más urgente, lo más necesario, estamos todos enganchados de una sola línea que viene de un palo del otro lado de las vías, mientras que el agua sale de a gotas, llenamos de a botellas porque ni para baldes alcanza. No nos molestaría pagar, queremos estar en regla, supuestamente la Municipalidad quiere darnos a pagar estos terrenos”, agregó Mariel.

“Es difícil gestionar porque las tierras están afectadas a un uso específico”

   “Cada situación es distinta, rápido no se resuelve la cuestión, porque es como mover un elefante blanco. Es difícil gestionar porque la mayoría de las tierras están afectadas a un uso específico. Por ejemplo, el caso de Tierras Argentinas, son terrenos del ferrocarril, que en su momento tenía una visión de expansión que luego quedó trunca, pero nada quita que el día de mañana se necesiten esas tierras”, explicó el flamante secretario de Gobierno y encargado de la gestión de tierras, Fabio Pierdominici.

   “Nosotros no podemos violar la ley y convalidar una usurpación. No es una cuestión de voluntad de la Municipalidad regularizar o no a las familias de los asentamientos, hasta que no tengamos conformidad del Estado nacional no podemos avanzar. Por supuesto que la gestión solicitando la transferencia de esos bienes o para que al menos se nos permita comenzar los procesos de urbanización ya comenzó”, agregó el exsecretario de Políticas Sociales.

   Por su parte, el asesor de tierras y escrituras dentro de la Municipalidad, Rodrigo Dulsan, manifestó que el pasado 6 de septiembre “ya fueron presentados los dos expedientes más importantes del momento ante la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE), de los cuales uno tiene que ver con Tierras Argentinas, Caracol, Ferro, la franja ferroviaria próxima a calle Juan Molina y la intersección de Parchappe y Chiclana”.

   Mientras que el otro, más importante aún –-explicó Dulsan-- es para que se convalide un pacto realizado en 2008 entre la Municipalidad y Vialidad Nacional por la transferencia de tierras del Camino de Cintura, que corresponden a ex rutas nacionales y pasarían al municipio.

   “Ese expediente afectaría a muchos asentamientos informales de barrios como Ferro, Parodi, Thompson y Cabré Moré. Ambos van por buen camino, la idea es, una vez que la Municipalidad cuente con esas tierras, escriturar la vivienda social pero con un antecedente jurídico, que en este caso es el boleto de compraventa, con lo que se generaría una regularización pero revalorizando la carga del pago, reconociendo la posesión y el acto de buena fe por el cual el vecino se hizo de esas tierras años atrás”, explicó Dulsan.

Conexiones ilegales, el principal motivo de las pérdidas de ABSA

   “Muchas de las pérdidas de agua que salen a la luz, esas que denuncian los vecinos ante los medios, son consecuencia de conexiones clandestinas. Encima te exigen que se los trate como si fuera una red habilitada cuando en realidad no es así. A veces hay conexiones aisladas, con la modalidad de doble cañería, y otras veces hay barrios enteros conectados con caños que no están aprobados. Eso repercute en la merma de la disponibilidad del recurso para la gente que tiene el servicio como corresponde”, expresó el gerente de Absa, Gustavo Bentivegna.

   “Deshabilitamos los enganches con nuestras cuadrillas, pero al día siguiente pasamos y la conexión vuelve a estar, es luchar todos los días contra algo que te supera. Hay que pensar nuevas formas de atacar al problema, diseñar algo que perdure en el tiempo, porque acá se generan los asentamientos y después vienen las exigencias de llevarles el agua y la luz, y de esa forma vamos siempre detrás del problema”, agregó.

   “Cuando se detecta una irregularidad hay todo un procedimiento, se labra un acta, se genera una multa, etcétera. Pero desenganchás el servicio y te llaman a los 2 minutos diciendo que necesitan el agua para el bebé, que son cosas entendibles, y al día siguiente volvieron a conectarse a la red. Lo que tienen los servicios de agua y cloacas es que son bastante vulnerables, dado que cualquiera se atreve a romper un caño para engancharse, porque requiere algo de técnica pero no se corre más peligro que mojarse o ensuciarse con líquido cloacal”, analizó Bentivegna.

   Respecto de las zonas más afectadas por conexiones clandestinas, Bentivegna explicó que no se posee una estadística pormenorizada por sectores, aunque reconoció que las mismas se dan en “varios lugares de la ciudad”. Sin ir más lejos, cabe recordar que en noviembre de 2009 Absa descubrió 32 enganches ilegales en barrios como Palihue, Patagonia, Palos Verdes y El Nacional.

La electricidad, potestad de EDES

   “Cuando un sector nuevo no cuenta con el servicio, no basta con que se regularice la obra ni con extender la línea, hay que montar centros transformadores con la potencia adecuada para el sector, y pueden llegar a ser hasta 3. De esas obras, que significan inversiones de millones de pesos, se hace cargo la empresa distribuidora”, explicó la responsable de Comunicación y Prensa de EDES, María Laura Domínguez Guerri.

   Sobre los requisitos para que una propiedad, manzana o barrio puedan pedir el suministro de electricidad, Domínguez Guerri aclaró que lo primero con lo que se debe contar es la tenencia legal del terreno, algo que actualmente no se da mucho.

   “Últimamente las denuncias provienen de asentamientos asociados a la usurpación de tierras. EDES, por el contrato de concesión, no puede regularizar a alguien que ocupa ilegalmente un terreno. Mientras que las calles del sector deben, necesariamente estar abiertas por cuestiones de seguridad y técnicas relativas a la instalación de postes del tendido eléctrico, la distribuidora tiene la obligación de llevarle el servicio a todo aquel que tenga las cosas en regla”, agregó.

   Según Domínguez Guerri, más allá del ejemplo de los asentamientos, quienes se cuelgan individualmente de la luz –-en una zona provista de todos los servicios-- no lo hacen necesariamente del vecino, sino que también lo hacen del transformador que se encuentra en la vía pública y generalmente en épocas de bajas temperaturas.

   “Suelen ser clientes de bajos ingresos y viviendas precarias, que no se calefaccionan por las vías tradicionales, sino con estufas eléctricas, lo que genera un consumo desmedido que buscan ocultar. El principal problema que revisten estas 'pérdidas no técnicas' es la inseguridad, ya que maniobrar con la electricidad no es fácil y hay casos en que la gente se calefacciona hasta con resortes de colchones viejos directamente conectados al tomacorriente”.

   “Estos consumos desmedidos atentan contra las instalaciones de la empresa, pero sobre todo contra la seguridad de las personas, motivo por el cual todos los meses se realizan operativos masivos de desenganche. Algo que ocurre mucho es que toda una manzana se cuelga del único cliente regularizado, lo que obviamente le produce bajas de tensión. Cuando los infractores están identificados se les labra un acta ante un escribano y se les cobra una multa; y en los otros casos se procede al desenganche y al retiro de los elementos que permitían la conexión ilegal”, concluyó.

Grandes “pérdidas no técnicas” en Aldea Romana

   La compañía EDES dispone de un sector de su personal en lo que se denomina “pérdidas no técnicas”, el cual está compuesto por más de 50 empleados que relevan cuadrículas de la ciudad evaluando la calidad y regularidad de las conexiones. Asimismo, dicho sector se encarga todos los meses de realizar operativos de desenganche de conexiones clandestinas, así como también de la regularización de clientes.

   La misma consiste, ante la detección de un robo de energía y su posterior desenganche, en explicarle al vecino cómo debería proceder en caso de querer legalizar su abastecimiento de energía eléctrica.

   Según dio a conocer la empresa, el último operativo de desenganche que se realizó fue en Aldea Romana, donde se constató que uno de cada tres hogares realizaba robo de energía mediante conexiones que además de ilegales, eran inseguras.