Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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Energía eólica: las cooperativas se debaten entre las ganas y las dudas

El impulso de la Nación a la generación de energías limpias seduce a algunas entidades. El problema —aclaran— es la falta de capital y de garantías sobre la rentabilidad. En la zona hay ocho molinos, pero uno solo funciona.
Las cooperativas eléctricas son las prestadoras del servicio en el territorio bonaerense.

Juan Ignacio Schwerdt

jschwerdt@lanueva.com

La generación de energías limpias está en marcha en Argentina. El Gobierno nacional aspira a que el año próximo el 8% de la energía que consume el país provenga de fuentes renovables; para ello, a través del programa RenovAr, ya licitó y adjudicó 59 proyectos –en su mayoría, de tipo eólico o solar— que generarán más de 2.400 megavatio (mw).

Cinco de esos proyectos –que se traducirán en inversiones por unos 4 mil millones de dólares— comenzarán a tomar forma pronto en Bahía Blanca, Villarino y Patagones. Con precios garantizados en torno a los 60 dólares por mw/hora y contratos a 20 años, los inversores tienen por delante un plan de negocios más que claro.

Las cooperativa eléctricas, prestadoras del servicio en amplias zonas de la provincia, miran de reojo este proceso hacia las energías limpias. Pese a sus ganas de participar, aún no ven del todo claras las reglas de juego.

“Varias cooperativas están dispuestas a sumarse y viabilizar proyectos, pero necesitamos más precisiones”, dijo a “La Nueva.” el gerente de la Federación de Cooperativas Eléctricas de Buenos Aires (Fedecoba), Mario Vitale.

La entidad –que reúne a unas 150 cooperativas bonaerenses— organizó días atrás una charla con expertos de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

En la cita se habló sobre desafíos y oportunidades en el campo de las energías renovables, y la mayoría de los presentes llegó a la misma conclusión: para que el sector se involucre, necesita líneas de financiamiento muy convenientes y garantías sobre el precio que obtendrá por la energía producida.

“Las cooperativas están predispuestas, pero necesitamos que nos ayuden con la inversión (para comprar e instalar los molinos) y precios aceptables”, dijo Vitale.

Para el directivo, las cooperativas podrían tener un rol fundamental como proveedoras de grandes usuarios (a los cuales la Nación obligará por ley a consumir energías limpias) y de pequeñas poblaciones o regiones.

“Hoy las redes no son las adecuadas, así que habrá limitaciones para transportar la energía de los grandes parques eólicos. Esto abre la posibilidad, para las cooperativas, de encarar lo que se llama generación distribuida; es decir, a menor escala, para abastecer a pequeñas comunidades o regiones aisladas de las grandes redes de transporte”, puntualizó.

“Por eso no hablamos de parques eólicos, sino de uno o dos molinos por cooperativa. El problema –reiteró— es que las inversiones son muy altas. Por eso el objetivo es encontrar las fuentes de financiamiento para los proyectos. Creo que, por la forma en que avanza el gobierno, entre fin de año y principios de 2018 el panorama estará más claro para las cooperativas”, dijo.

En la región hay 8 molinos eólicos, de los cuales sólo uno está en funcionamiento, administrado por la Cooperativa Eléctrica de Darregueira.

El gerente de la entidad, Marcelo Weinberger, confesó a este diario que, si no abandonaron el proyecto tras 12 años de tarifas congeladas, fue “más por nuestro espíritu ecologista que por otra cosa”.

“Eso cambió hace poco, cuando logramos firmar un acuerdo con el Proinged (Programa de Incentivos a la Generación de Energía Distribuida, del gobierno bonaerense). Hoy el molino nos aporta unos 8 mil dólares por mes, con lo que al menos cubrimos algunos repuestos”, mencionó.

Weinberger recibió días atrás a la diputada provincial Rosío Antinori, con quien habló de la posibilidad de que la cooperativa se involucre aún más con la generación de energías limpias.

Su optimismo, al menos por el momento, no encuentra mucho eco entre las restantes cooperativas de la zona que cuentan con molinos eólicos (ver aparte). Weinberger sabe por qué.

“Si me van a incentivar a comprar tierras para poner un molino y tener los resultados que tuvimos entre 2002 y 2015, no compro ni un metro cuadrado. Ahora, si la generación se da con un nivel de ingreso de 120 a 123 dólares por megawatt, la situación es otra”, aclaró.

El directivo opinó que las cooperativas, en este proceso, deberían tener un trato preferencial.

Punta Alta: la idea es reparar, pero no expandir

Congelamiento. El presidente de la Cooperativa Eléctrica de Punta Alta, ingeniero Francisco Comerci, confió que la entidad aún está tratando de reponerse del congelamiento tarifario de la última década.

Reparación. En este contexto –aclaró- lo único que podría evaluar la entidad es la reparación y puesta a punto de los cuatro molinos con que cuenta (tres en la ruta 3 y el restante en Pehuen Co), pero no una expansión del parque eólico.

Subsidio. “Estamos priorizando necesidades urgentes que postergamos por el congelamiento tarifario. Por supuesto que nos interesaría reparar los molinos, pero para eso, más que crédito, necesitaríamos un subsidio. No podemos aportar capital”, aclaró Comerci.

Mayor Buratovich: los molinos, una cuenta pendiente

Sinergia. El contador Rolando Campayo, de la Cooperativa Eléctrica de Mayor Buratovich, dijo que la entidad ya está trabajando con el ministerio de Energía y Minería de la Nación para poner en funcionamiento los dos molinos con que cuenta.

Escasos fondos. “Estamos muy limitados en lo económico, como todas las cooperativas eléctricas, pero la idea que tienen los funcionarios es buscar un inversor que realice los aportes para poner a punto y arrancar los molinos”, dijo a este diario.

Difícil. “Plantear hoy una ampliación (del parque eólico) es algo que veo difícil. Tendría que ser un negocio muy redondo, y con cierta garantía. No olvidemos que hasta hace poco veníamos con tarifas pisadas y no le podíamos ni cambiar las ruedas a los vehículos”, agregó Campayo.