Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Ahora la Catedral

El retiro de partes en mal estado da cuenta del preocupante estado del inmueble.

La ciudad sigue sufriendo la severa afectación del mal estado de muchos de sus edificios patrimoniales, como consecuencia de la falta de atención y mantenimiento adecuada.

Ahora fue el turno de la Iglesia Catedral, en la primera cuadra de calle Sarmiento, en una de cuyas torres debió trabajar personal de Bomberos de la provincia para retirar partes flojas, molduras y otros componentes en riesgo de caer.

Desde hace más de un mes una cinta de precaución alertaba a los caminantes a alejarse del frente, debiendo bajar a la calle al transitar por el lugar, lo cual de por sí implica un riesgo adicional.

Las torres de la Catedral datan de principios del siglo XX y fueron revocadas y terminadas en 1930, con lo cual se trata de una obra de más de un siglo de existencia, con las lógicas afectaciones que el paso del tiempo genera en este tipo de construcciones.

De hecho, hace un tiempo fueron desafectadas de su uso las dos campanas del reloj que corona una de las torres, para evitar que su movimiento provoque más desprendimientos o genere fisuras en la mampostería.

Igual decisión se tomó hace tiempo en la torre que contiene el juego de campanas, que también presentaba deficiencias y varias fisuras.

La Catedral se suma entonces a varios edificios históricos en estado calamitoso. Ya tienen cercos preventivos la Escuela 2, de Vieytes 51, y la Aduana, de avenida Colón y Estomba.

También tiene pantallas protectoras el Correo de calle Moreno y están licitadas otras para colocar en el ex banco Provincia de calle Alsina.

Está cercado el ex Hotel Sudamericano-Centro de Compras, de avenida Colón y Brown, y en riesgo la sede del club Argentino de avenida Colón y Vicente López.

Hay mucho por gestionar ante privados y ante los estados provincial y nacional para tratar de conseguir los recursos necesarios para proceder a la reparación de estos bienes.

Para visibilizarlos y evitar que sigan su camino de deterioro y terminen en ruina. De cara además al bicentenario 2028, cuando la ciudad debiera lucir espléndida, respetuosa de su pasado y con nuevos proyectos en marcha.