Bahía Blanca | Domingo, 12 de mayo

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Bahía Blanca | Domingo, 12 de mayo

Un potencial desaprovechado: las aguas termales que existen debajo de Bahía

“Es un recurso al que no se le da importancia y que podría aportar mucho en diversos sentidos”, señaló Daniela Gambarota, licenciada en Turismo y doctora en Geografía.

Fotos: Emmanuel Briane y Pablo Presti-La Nueva.

A menudo se dice que grandes oportunidades nacen en las peores crisis.

Y esta delicada situación hídrica por la que atraviesa Bahía Blanca puede suponer un buen momento para poner en agenda nuevamente las aguas termales con las que cuenta la ciudad en toda su extensión.

No sólo para ayudar a paliar la escasez del líquido vital en la gran mayoría de los barrios que generó el aumento de algas en el Dique Paso de las Piedras, sino también para ver más allá y aprovechar la potencialidad del patrimonio termal de Bahía Blanca. 

“Hoy, el agua termal que hay debajo de Bahía se está desaprovechando. Es un recurso al que no se le da importancia y que podría aportar mucho en diversos sentidos”, señaló Daniela Gambarota, licenciada en Turismo y doctora en Geografía.

Gambarota desarrolló un estudio, junto a Silvia London y María Amalia Lorda (investigadoras de la Universidad del Sur y el Conicet), al que llegó a la conclusión que nuestra ciudad puede crecer turísticamente en base a este recurso termal, hoy aprovechado, por ejemplo, por algunas localidades cercanas como Pedro Luro y Médanos.

“Curiosamente, el bahiense se acuerda del agua termal en épocas de crisis como la actual. Pero no lo asocian como una opción turística-recreativa. O bien, conocen más las termas de Luro o de Medanos, a las que acuden por temas de salud. Pero Bahía cuenta con las mismas aguas termales que podrían ser usufructuadas mucho más”, manifestó la investigadora, quien comenzó a analizar esta cuestión en 2012, al realizar su tesis de grado.

En su proyecto, Gambarota propone la creación de una Ruta Turística Termal en el Sudoeste Bonaerense, debido a la cercanía con las dos localidades del partido de Villarino que podría generar nuevas preferencias turísticas.

“Y, al igual que sucede en Entre Ríos, generar un circuito termal con la región. Ese fue un tema que abordé en mi tesis doctoral. Allí utilizan la misma cuenca hidrotermal, pero lo que varía es la composición del suelo, que hace que el agua sea diferente en Luro, por ejemplo”.

Y añadió: “La mayoría de las personas encuestadas en nuestra ciudad admiten que son consumidoras del turismo termal en otros destinos turísticos, pero desconocen la presencia de este recurso natural aquí”.

Según estudios, el agua de nuestra napa es inodora, incolora, con presencia de sulfatos, cloruros, calcio, sílice, sodio y flúor. Y teniendo en cuenta análisis fisicoquímicos, se concluye que posee distintas propiedades terapéuticas: fortificante, reconstituyente y se puede utilizar en tratamientos de afecciones reumáticas, articulares y extra-articulares, afecciones respiratorias y dermatológicas, antiestrés, fibralgias, miorrelajante, estimulación del metabolismo, trastornos musculares y mialgias.

“De hecho, este es un turismo en auge. Antes se asociaba a un sector puntual de la población, como los adultos-mayores para tratar dolencias. Hoy mucha gente visita termas para relajarse y salir del estrés diario”.

Según Gambarota, dependiendo la zona de la ciudad, si se excava 600-700 metros ya se llega a esta napa hidrotermal, que llega hasta Río Colorado y atraviesa también Sierra de la Ventana y Monte Hermoso.

“El agua sale a 60 grados aproximadamente, por lo que sí o sí se necesita enfriamiento”.

Para uso humano

El Sistema Hidrotermal Profundo fue descubierto en 1912 gracias a la primera perforación realizada en la localidad de Argerich a pedido de la Dirección Nacional de Minas y Geología. 

“El primer abastecimiento de agua para Bahía Blanca era a través de estos pozos. Luego, con la construcción del dique, se dejaron de utilizar por una cuestión de costos. Pero es un recurso que se puede volver a aprovechar”, manifestó Gambarota.

Por esa circunstancia, en nuestra ciudad existen muchos pozos, algunos aún en actividad y otros en desuso o tapados.

“Hay pozos surgentes en distintos lugares de la ciudad. Pero son muy pocos los que están funcionando. El más conocido, precisamente, es el del parque de Mayo, donde la gente se acerca a buscar agua. Pero hay muchos otros que podrían llegar a refuncionalizarse”.

De hecho, existen varios espacios públicos en la ciudad que aún tienen estructuras utilizadas para el enfriamiento del agua y de allí enviarla a la red domiciliaria. 

“La de calle Zelarrayán es una de ellas, pero no sé si es factible la refuncionalización de ese pozo. Y en el parque de Mayo también hay piletas de enfriamiento. Y existe un tercero detrás del Hospital Penna. Por otra parte, muchos otros se perdieron. Por ejemplo, había uno en la zona de Spur que quedó tapado cuando realizaron la obra de pavimentación”.

Simultáneamente, algunos privados utilizaron este recurso para sus emprendimientos.

“El más conocido es el de Irel y el del natatorio del Batallón. También recuerdo que en Cerri se utilizó para invernáculos y en la Carrindanga lo usó un vivero para calefacción. Pero es curioso que este tema haya salido de agenda y que nadie se haya interesado en este recurso”.

Y agregó: “También existió en cierto momento una intención del municipio. La más concreta fue la construcción del natatorio en el parque de Mayo, que quedó inconclusa. De hecho, se realizó un edificio que aún está pero no se sabe en qué condiciones”.

Oportunidad turística

En su tesis de grado, Gambarota buscó alternativas para el aprovechamiento de las aguas termales, encontrando en el turismo el foco principal, porque allí Bahía tiene un potencial muy grande.

“Creo que hay un potencial para aprovechar con emprendimientos público-privado, apuntando también a la visita de gente de la región. Se sumaría un atractivo para que los visitantes pasen varios días en la ciudad y generar otro circuito económico”.

“Asimismo, hay muchas personas que, por cuestiones económicas, no pueden tratar temas de salud. Y aquí se abriría otra opción pública”.

En su informe llegó a la conclusión que la ciudad cuenta con un diagnóstico favorable con relación a las plazas de alojamiento u hospedaje, alimentación y esparcimiento, entre otros servicios.

En ese sentido, realzó que la presencia de empresas y de universidades permite un turismo de reuniones, con 90 salas para más de 23 mil personas, y resaltó la infraestructura en transporte terrestre, aéreo y ferroviario.

“En definitiva, el recurso termal, poco explorado hasta ahora pero con indiscutido potencial turístico, podría ser incorporado a la oferta turística de la ciudad y contribuir de esta forma a diversificarla”, señaló Gambarota.

El trabajo de campo realizado por las investigadoras bahienses reveló que la mayoría de los bahienses no lo conoce o conoce poco del recurso termal local y aquellos que lo conocen lo asocian casi exclusivamente con el consumo humano domiciliario.

“No obstante, esto podría deberse a la falta de promoción y de explotación del mismo, ya que la mayoría de los encuestados manifiesta que suelen visitar los centros termales del país, sobre todo los más cercanos a la ciudad de Bahía Blanca”, explicó Gambarota.

Y añadió: “De hecho, en el estudio de la demanda potencial de un centro turístico recreativo que aproveche el recurso termal bahiense, observamos que el 77% de los encuestados en nuestra ciudad concurriría a un centro de esta índole”.

Entre las ideas para aprovechar el recurso termal local se destacó la instalación de centros de salud (52%) y centros turístico-recreativo (40%). Sólo una minoría mencionó la posibilidad de utilizarlo para riego (13%) o calefacción (4%).

“Creo que se puede avanzar en una idea mixta, público-privada, para aprovechar este recurso de diversas formas. Ya sea desde el cuidado de la salud o desde lo turístico recreativo, reactivando los pozos ya existentes para que no se originen gastos muy grandes”, cerró Gambarota.

El recurso termal bahiense

La ciudad de Bahía Blanca se encuentra emplazada sobre la cuenca Bahía Blanca o Napa del Norte la cual tiene agua potable surgente, a temperatura media entre los 55 y 60º C. en una extensión estimada entre los 8000 y 12000 km2.

Al noroeste su límite está representado por las Sierras de la Ventana que al hundirse ocasiona una dorsal que cierra la cuenca entre la zona del partido de Coronel Dorrego y el mar en la dirección hacia la localidad de Monte Hermoso, hasta el río Sauce Grande. Respecto al límite oeste, no se conoce con exactitud, siendo el límite sur el Río Colorado.

Como se dijo, el Sistema Hidrotermal Profundo fue descubierto en 1912 en Argerich, a 25 kilómetros de nuestra ciudad.

Tiempo después, se realizaron alrededor de 60 pozos más en Bahía Blanca y en la zona. El espesor del sistema hidrotermal es de 380 metros y está constituido por sedimentos marinos y continentales, encontrándose disponible el recurso termal en toda la ciudad y proximidades.

El acuífero se encuentra entre dos capas: una superior que es permeable, y una inferior impermeable compuesta por rocas duras (granitos, esquistos y cuarcitas) que proviene de las afloraciones en las Sierras de la Ventana y otras elevaciones de la zona.

La capa impermeable en la localidad de Bahía Blanca, se ubica a 650 metros de profundidad, aunque puede alcanzar los 900 metros en otros sectores. Sobre este basamento existe una capa de depósitos sedimentos cuaternarios.

Se determinó que el tipo de agua que posee la cuenca se corresponde con aguas bicarbonatadas, aguas bicarbonatadas cloruradas, aguas cloruradas bicarbonatadas y aguas cloruradas, cuyas temperaturas dependen de la profundidad de captación de la misma y de la circulación rápida dentro de las capas permeables, generando un calentamiento que se eleva a medida que la velocidad del mismo es mayor, siendo el gradiente térmico normal 1°C cada 33 metros.

En un primer período la utilización de las aguas subterráneas en Bahía Blanca, estuvo supeditado al consumo humano dado a que su composición es apta, pero a partir de la construcción del Dique Paso de las Piedras, dejó de utilizarse porque la realización de los pozos surgentes requería un costo elevado.

El Departamento de Bromatología del municipio señaló que actualmente son 4 los surgentes habilitados para el consumo de agua, de acuerdo a un informe realizado durante el período enero, febrero y marzo de 2024.
Se trata de los ubicados en Don Bosco al 3200; República Siria 2388; Avenida Alem 1615 y  Guillermo Torres 3134.