Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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El jubilado bancario que no se cansa de organizar campañas solidarias

Oscar Giambelluca, empleado del Banco Provincia por 32 años, ya perdió la cuenta de cuántas van. Ahora está organizando una colecta de leche para dos jardines y un merendero.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Organizó tantas campañas solidarias en los últimos 20 años en la ciudad que ya perdió la cuenta de cuántas van.

Oscar Giambelluca, jubilado del Banco Provincia en 2011 tras 32 años de servicio, destinó gran parte de sus 71 años a ayudar a toda aquella persona o entidad que necesitara una mano para cubrir necesidades.

Juntó dinero, artículos de limpieza, alimentos no perecederos, materiales de construcción y hasta organizó actividades artísticas a beneficencia.

“Siempre fui de fijarme en las necesidades de los demás y ver la manera de ayudar. Pero las campañas solidarias, en firme, las inicié en 2005. Al principio fueron partidos de fútbol o actividades artísticas y después fui mutando a pedidos puntuales para entidades o para personas enfermas. Ahora hago un poco de todo”, señaló desde su hogar en pleno Tiro Federal.

Metódico, como buen bancario, recuerda cuál fue la primera campaña.

“El primer evento fue de patín para Alborada. Lo hicimos en el Club Bahiense del Norte y acudió muchísima gente. Fue muy emotivo, porque la profesora hizo patinar nenas y nenes de Alborada”.

Lo recaudado sirvió para techar el SUM de la escuela de la entidad civil sin fines de lucro, que tiene como objetivo realizar una tarea integradora y fortalecer el potencial de personas en situación de discapacidad.

Entre las campañas que lo movilizaron, menciona varias para Ayuda-Le y para un sinfín de merenderos, como Raquelita, Arco Iris, Patoruzu, Palomita, Casa Abundante, Raíces y a Puro Corazón.

“Tengo un grave problema: no sé decir que no. Entonces, a todo aquel que me llama, intento ayudarlo”, contó este ex presidente del Club Banco Provincia.

Una de las más significativas fue para Cristiano, un niño del Club de Los Peladitos, al que le detectaron un tumor en la cabeza. 

“El vivía en una casa de chapa y le pudimos construir una casita de materiales. Para esa campaña hasta nos ayudó una señora desde España, que nos envió euros. Juntamos un montón de dinero, tanto para su tratamiento como para la obra. Fue una campaña maravillosa”.

La movida incluyó videos motivacionales para el pequeño, con saludos de distintas personalidades de la ciudad y de su entorno familiar.

“Recuerdo que pusimos urnas en distintos lugares y la gente colaboró maravillosamente. Se movilizó casi toda la ciudad”.

Lejos de adjudicarse el crédito de las campañas, Giambelluca reconoce que cuenta con un grupo de personas que colaboran en silencio. Así, menciona a los trabajadores y jubilados del Banco Provincia, a la Asociación Civil del Personal Superior y de Supervisión del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Acipesu) y a deportistas de Tiro Federal, entre muchos otros.

“Yo soy un poco la cara visible de todo ésto, pero hay muchísima gente que ayuda. Algunos aportan dinero, otros alimentos y otros tiempo. Bahía es extraordinariamente solidaria”. 

Esgrime que una de las claves para que las movidas de beneficencia funcionen es ser lo más claros posible.

“Si es una campaña para juntar dinero, cada vez que se termina mostramos lo que recaudamos y las facturas de las cosas que se compraron para que nadie tenga duda de lo que se hizo con el dinero. Si es de artículos de limpieza o alimentos, pasamos el total de lo conseguido y a quién fueron donados. Así, cada uno que colaboró sabe lo que se hizo con esa ayuda”.

Pero, para Giambelluca, no todo fue color de rosa. Después de terminar la campaña de Cristiano sufrió un ACV, que lo hizo frenar un poco el ritmo.

“La pasé mal. Pero la cantidad de gente que se preocupó por mi me dio muchas fuerzas para seguir adelante. Por suerte no me quedaron secuelas y me pude recuperar bastante bien”.

En campañas grandes suele trabajar en conjunto con Luis “Paquillo Sánchez, para poder cumplir más rápido el objetivo.

“Somos parecidos en la forma de trabajar, por más que él sea de Villa Mitre y yo de Tiro (risas). Una que hicimos juntos fue para donarle una silla de ruedas motorizada a un chiquito”.

La próxima

Tras finalizar una campaña para comprar artículos de limpieza que se destinaron a una entidad educativa de Loma Paraguaya, Giambelluca ya puso proa hacia la siguiente: juntar leche larga vida, cacao en polvo y azucar para dos jardines que escogió el Consejo Escolar y para un merendero que le contó de sus necesidades.

“Esta colecta la vamos a hacer con gente del Banco Provincia y ya se sumó personal de la AFIP, el Sindicato del Seguro y el equipo de fútbol senior de Tiro Federal. Ellos van a recolectar por su lado y luego lo juntaremos para repartirlo. También se va a poder transferir dinero y nosotros nos encargaremos de comprar la mercadería. La idea es aprovechar el cobro del aguinaldo”.

“Las campañas me hacen sentir vivo. Después de la jubilación me refugié mucho en ésto para sentirme útil”, cierra.

En frases

-- “Soy de involucrarme con las personas y las familias a las que están destinadas las campañas. Por ejemplo, a Tomy, un chico que juega al fútbol en las divisiones menores de Villa Mitre, luego de vender rifas para su recuperación, le conseguimos una camiseta de Boca firmada por Marcos Rojo y se la llevamos al Hospital con la gente de la Peña de Boca. Después, con su mamá, fue al hospital a verme cuando me ocurrió lo del ACV”.

--“Otro caso que me quedó marcado fue el de los Bomberos de Pedro Luro. A ellos los ayudamos con la ayuda de la Asociación Civil del Personal Superior y de Supervisión del Bapro. En épocas de pandemia, hicimos una campaña para donarles botellitas de agua mineral, de medio litro”.

--“Una vez me propuse traer a Bahía a Roberto Avanzi, un reconocido traumatólogo, ex jugador de Vélez en la década del '70, compañero de Carlos Bianchi. Agarré la guía de Buenos Aires y empecé a llamar hasta que dí con él. Le comenté mi idea de hacer una charla gratuita en Bahía y vino dos veces (en 1995 y 2000). Juntamos dinero para solventar los gastos de traslado y hospedaje. Ambas charlas fueron muy exitosas, incluso los lugares quedaron chicos”.

--“En otra ocasión montamos una campaña para Candela, una nena de Punta Alta. Trabajamos muchísimo, pero quedamos en deuda porque algunas cosas no las pudimos conseguir. Una familia hermosa, con una madre incansable. Pero me quedó ese gusto amargo de no poder conseguirles todo lo que necesitaban. Sé que la nena está bien y eso ayuda. A veces pasan esas cosas y hay que saber sobrellevarlas”.

--"Para después de las vacaciones de invierno me gustaría volver a organizar una charla con algún deportista destacado para los chicos de los clubes, pero hoy los costos son muy altos".