Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Facundo Olea y Ezequiel Nanco, en el privilegiado club de los cien partidos

Son referentes de Pacífico y llevan la camiseta tatuada en la piel. El arquero y el capitán se ganaron un lugar en la historia del conjunto de calle Terrada.

 

Fotos: Samanta Marco-La Nueva.

 

Uno es arquero y el otro volante central. Juegan en Pacífico y, además de amigos, se dieron el lujo de ser parte del club de los 100 partidos en el fútbol nuestro de cada día.

Facundo Olea y Ezequiel Nanco o “Hichu” y “Tete”, como los apodan, exponen diariamente su amor incondicional por el verde, club al que están ligados actualmente.

“Ezequiel es un jugadorazo. Regresando de un partido ante Pacífico de Cabildo, y por algo que había pasado en el juego, le dije que tenía que ser más jugador de fútbol. Y después de eso creció un montón. Juega en Pacífico porque ama el club, pero podría estar en un plantel más jerarquizado porque la rompe”, dijo Olea. 

“Facundo es original, jajaja. Al gordo lo amamos porque es un gran ser humano y buen arquero. Desde muy chicos venimos jugando juntos, tenemos fotos e las menores que nos traen muy lindos recuerdos. Nos tocó una etapa fea, nos bancamos algunos reveses e igual seguimos siendo incondicionales a estos colores”, señaló Ezequiel.

-Facu, llegaste a los cien partidos en la Liga del Sur, ¿qué significado tiene para vos?

-Me llena de orgullo porque lo hice con mucha persistencia de meterle y meterle con ganas al trabajo; incluso sabiendo que había técnico que no me querían porque no cumplía los requisitos que ellos tenían.

“Haber cumplido 100 partidos en la Liga es un premio para mí, lo valoro muchísimo”, dijo el “1”.

 

-¿Cuáles eran esos requisitos que te relegaban en tu puesto?

-Por gustos. Por ahí, para determinados técnico yo no era el arquero que cumplía con todos los requisitos. Lo tomo bien, porque son las reglas de juego y no le podés caer bien a todo el mundo, jaja.

-Desde tu lado, al menos, estás tranquilo que siempre das lo mejor.

-Cuando era más chico, sobre todo en Independiente, me faltó un poco de constancia. Uno va madurando y se da cuenta en qué falló o qué pudo haber hecho mejor. Con el correr de los años adquirí esa constancia de estar todos los días a disposición del fútbol.

-Estuviste varios años en Independiente. ¿Qué sacás de positivo de esa etapa formativa?

-Fueron 6 años, de los 11 a los 17. El primer año, para jugar en prenovena, viajaba los sábados y domingos a jugar los partidos y luego, en novena, me quedé en la pensión del club. Me llevó Guillermo Pacheco.

“El entrenador era Néstor Rambert, quien me pidió que tenía que bajar 15 kilos y lo hice al pie de la letra. Ese año jugué 35 partidos en prenovena y apenas nos hicieron 15 goles, siendo la valla menos vencida del año.

“Tanto yo como los cuatro defensores y el doble cinco fuimos parte de una preselección Sub 16 de AFA, categoría ’95. Estaba en un momento bárbaro”, contó.

 

-Todo venía viento en popa.

-En novena y octava me mantuve atajando en todos los torneos, pero en la séptima llegaron los altibajos de intercalar partidos con otro arquero y una lesión mediante que me hizo perder terreno. Ya estando en sexta división no jugué medio año y al final me dejaron libre.

-¿De esa camada de la prenovena hubo algún jugador que llegó a Primera?

-Julián Vitale llegó a jugar en Primera. Ahora está jugando Primera Nacional en Deportivo Morón. Con quienes mantengo contacto, por las redes sociales, están en los campeonatos de Primera B de Buenos Aires.

-¿Retornás a Bahía y jugás en Olimpo?

-Estuve un año en la quinta división –menores de AFA- y en 2014 volví a mi casa. Creo que fue por una cuestión de cercanía con el club, porque mi padre, Claudio, se mudó a dos cuadras de la cancha. Estar en el barrio y ver a mi viejo jugando en el verde me terminaron haciendo hincha fanático.

“En 2015, de la mano de Hernán Rosell y Fabián Tuya, tuve un paso por Liniers. Fue una sana competencia con Lucas Partal y Mauro Alcaraz. Era un plantel bárbaro, con referentes increíbles como Julio Acosta, “Cachi” Lagrimal, Pulgar, Podlesch, Gonzalo Barez, Federico Nievas. Ese equipo enfrentó a River por Copa Argentina, aunque yo llegué en el segundo semestre”, contó.

-¿Qué es lo que más te gusta de Pacífico?

-El sentido de pertenencia de todos los jugadores que se encariñan con el club. Es como un amor tóxico, podés renegar estando adentro, pero si te vas lo extrañás un montón.

-¿Qué la falta al club?

-Que la gente vuelva a tener la ilusión de querer colaborar, como ocurrió siempre. Falta ese incentivo de ir al club y preguntar si falta algo o si pueden colaborar con trabajo. Lo que le puedan aportar al club de su tiempo para devolverle la alegría que siempre tuvo.

 

-¿El partido que más recordás?

-Un 2 a 1 en cancha de Sporting. Se cortó una larga racha con un gol sobre la hora de Tomás Onorio. Cantó mucho la gente de Sporting, pero en el final se escuchaba sólo a ese grupito hermoso de hinchas de Pacífico que se hicieron escuchar.

-¿Qué significa para vos ser dirigido por tu papá?

-Lo tuve en menores, para mi es algo normal. Es una persona sincera y frontal, en el club el es Claudio y yo Facundo y en casa hablamos lo justo y necesario, sin interferir en las decisiones. 

 

"Tete" Nanco, el capitán

“Cumplir 100 partidos estando en Pacífico es una alegría inmensa, porque es el club del cual soy hincha y lo amo. Estoy convencido que voy a ser uno de los jugadores que más vistió esta camiseta”, señaló el “Tete” Nanco.

-¿Qué cambiaste para ser hoy un jugador que sobresale en los partidos?

-Lo hablaba con mis compañeros. Cuando arranqué a jugar en Primera me quería comer el mundo y me pasaba de rosca. Era abonado a las amarillas o me expulsaban. Con el tiempo me cambió la bocha, sin resignar la entrega de siempre.

“Estoy más maduro, no voy tanto al roce sino que trato de llegar antes y resolver. Esa confianza me hizo crecer como jugador”, apuntó.

 

-¿Qué es lo que más te gusta del club?

-El barrio… Soy hincha de la camiseta y de la pasión de los hinchas. La gente, aunque sea un número pequeño, te acompaña más allá de los resultados, se hacen sentir siempre.

-¿Qué le falta?

-Que se hagan obras y se invierta en inferiores. Los chicos tienen que tener su espacio, gente capaz en todas las categorías. Hay muchos talentos en el barrio, pero si no se les presta atención se van a otros clubes.

--¿En qué etapa de tu carrera estás?

--La verdad es que estoy muy contento con este presente. Como lo hice siempre, trato de dar el máximo y hago todo los posible para colaborar con el equipo y el club. Estoy en una etapa muy buena, con una edad justa, me siento bien, maduro y contento por como estoy en esta etapa futbolística”, añadió.

 

-¿Pacífico está para pelear entre los cuatro de arriba?

-Lo veo bien al equipo, con mucha motivación. Hemos jugado partidos muy buenos, pese a que en el debut arrancamos perdiendo con Pacífico de Cabildo.

"En el último partido, en cancha de Libertad, jugamos un muy buen primer tiempo, tuvimos situaciones para ganar. Creo que podríamos habernos llevado un punto si el árbitro cobraba la falta que me hicieron en el arranque de la jugada. Pero ya está", señaló Nanco.