Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Nutrientes: la clave siempre es el diagnóstico de la fertilidad del suelo

Los estudios ratifican que el uso eficiente y rentable de lotes y ambientes hace la diferencia para una mayor y mejor producción. El detalle de las aplicaciones con nitrógeno, fósforo y azufre.

Tras repasar los resultados más significativos de la fertilización NPS en productividad, eficiencia de uso de recursos e insumos y rentabilidad, los integrantes de la Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe llegaron a una coincidente conclusión: la necesidad de evaluar la fertilidad y la nutrición de cultivos en cada lote y en cada ambiente.

Los cinco sitios evaluados en los primeros años —desde hace casi 25— mostraron resultados diferentes en producción y rentabilidad, los que responden a la condición de fertilidad de suelos y potencial de rendimiento en cada uno de ellos.

Por lo tanto, el diagnóstico de fertilidad del suelo y de nutrición del cultivo es la clave para el uso eficiente y rentable de nutrientes.

Estas son algunas de las conclusiones más relevantes de las convocatorias realizadas en General Arenales, en la provincia de Buenos Aires, y en Teodelina, en Santa Fe, con la exposición de los resultados de la Red de Nutrición de Cultivos elaborados con el aporte de productores, asesores e investigadores de CREA Sur de Santa Fe, el IPNI Cono Sur y Nutrien Ag Solutions, así como instituciones como la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario; la Facultad de Agronomía de la UBA y el Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) del INTA.

En primera instancia, la Red de ensayos en Nutrición de Cultivos evaluaba el manejo adecuado de nitrógeno y fósforo y la posible deficiencia y respuesta a la aplicación de azufre.

A partir de la campaña 2000/2001, en zonas representativas de los ecosistemas de la región, se trazaron como objetivo determinar respuestas (directas y residuales) de los cultivos dentro de la rotación a la aplicación de nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S) en diferentes ambientes, así como evaluar algunas metodologías de diagnóstico de la fertilización nitrogenada, fosfatada y azufrada y deficiencias y respuestas potenciales a otros nutrientes: potasio (K), magnesio (Mg), boro (B), cobre (Cu) y zinc (Zn).

Se advirtió una respuesta de hasta 140 % de incremento en la producción con un manejo adecuado, ajustado y eficiente.

Asimismo, el paso del tiempo permitió ampliar las evaluaciones de los rendimientos alcanzables sin limitaciones nutricionales; conocer la evolución de los suelos bajo distintos esquemas de fertilización determinando índices relacionados con su calidad química, biológica y física y analizar el impacto económico de la fertilización NPS.

“En estos encuentros mostramos las diferencias que venimos obteniendo y acumulando en cuanto a rendimientos por la fertilización con el nitrógeno, fósforo y azufre”, dijo el Dr. Fernando García, asesor en fertilización y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce, quien fue uno de los expositores de las jornadas.

“En este caso, para la zona apreciamos una respuesta de hasta 140 % de incremento en la producción con un manejo adecuado, ajustado y eficiente en los cultivos en rotación como maíz, trigo y sojas de primera y de segunda”, amplió.

Dr. Fernando García, asesor en fertilización y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce.

“También repasamos los incrementos por la aplicación de micronutrientes, que aparecen con más fortaleza en los últimos años y que, en algunos casos y en determinados cultivos, llega a ser del 6 %”, sostuvo.

¿Qué se aprendió? Que la fertilización con NPS incrementó los rendimientos acumulados un 78-80 % en la rotación M-T/S y un 43-48 % en M-S-T/S y que, además, contribuye del 15 % al 47 % de los rendimientos de los cultivos.

También que la eficiencia de uso de los nutrientes varía entre rotaciones y sitios y que la respuesta a otros nutrientes, que no fueran NPS, presentó baja frecuencia en los diferentes cultivos.

Asimismo, quedó comprobado que la fertilización NPS mejoró la eficiencia de uso del agua (EUA, kg grano por mm de agua) del 28 % al 96 % en trigo y en maíz; es decir, disminuyó los efectos de la variabilidad climática.

Además, contribuyó a mantener niveles de materia orgánica, aunque tendió a aumentar la acidez de los suelos.

Ensayo de Teodelina de la Red de Nutrición CREA Sur Santa Fe.

Durante todo el proceso se calibraron y/o validaron metodologías de diagnóstico para N en maíz y en trigo, y para P en todos los cultivos, así como se cuantificaron los cambios en P extractable (Bray) del suelo, según los balances de P de los cultivos (diferencias entre aplicación vía fertilización y remoción vía granos).

“Más allá de los resultados económicos y de la eficiencia que se ha tenido en el manejo de la fertilización balanceada con nitrógeno, fósforo y azufre, comentamos las metodologías de diagnóstico, que fueron variando, y realzamos la importancia de los análisis de suelos en evaluar cada lote y cada ambiente”, comentó el Dr. García.

“Al evaluar el manejo de la fertilización balanceada dentro de las redes de nutrición tras más de 20 años en cuanto a propiedades físicas, químicas y biológicas, comprobamos que hubo mejoras en la materia orgánica (MO) con respecto a los tratamientos sin fertilizar”, sostuvo.

“Pero también apreciamos algunos semáforos amarillos, como la mayor acidificación en algunos tratamientos fertilizados, mejoras en cuanto a las propiedades físicas y también aspectos interesantes respecto de las propiedades biológicas de los suelos”, aseguró.

En los estudios se comprobó que la fertilización NPS mejoró la eficiencia de uso del agua del 28 % al 96 % en trigo y en maíz.

De acuerdo con la presentación del trabajo de investigación de la Región CREA Sur de Santa Fe, los resultados y análisis de largo plazo que surgen de la red en campo de productores indicaron que la nutrición balanceada puede mejorar niveles de nutrientes como P y contribuir a mantener niveles de MO.

Sin embargo, que la nutrición balanceada, por sí sola, no ha logrado aumentar niveles de MO y no resulta una mayor diversidad biológica en los suelos.

Se concluye que las rotaciones y los cultivos de cobertura se plantean como alternativas que, sumadas a la nutrición balanceada, podrán mejorar la captación de carbono, la diversidad biológica y las propiedades físicas; es decir, el funcionamiento y la resiliencia de los suelos.

Perspectiva optimista en fertilizantes

Durante el último año, el consumo de fertilizantes mostró un descenso del 4 %. Con una campaña muy compleja desde lo climático, los productores mantuvieron el uso de tecnología y la rotación de cultivos y se espera un panorama optimista para el corriente año.

De acuerdo con estadísticas de Fertilizar Asociación Civil, entidad cuyo objetivo es promover el cuidado del suelo y una adecuada nutrición de los cultivos, el consumo de fertilizantes alcanzó en 2023 las 4.580.000 toneladas.

El dato (—4 %) revela también una desaceleración significativa en la tendencia negativa, lo que constituye un punto positivo para el sector tras una caída más pronunciada, del 16 %, en 2022.

Entre las razones que explican esta disminución en el consumo se encuentran, principalmente, las condiciones climáticas adversas, con una campaña marcada por una sequía persistente que afectó la humedad del suelo, prolongándose más allá de lo esperado y retrasando la refertilización de los cultivos de trigo y maíz.

Otro de los factores fueron los precios internacionales y las medidas fiscales locales, ya que el aumento en los valores internacionales de los fertilizantes, junto con políticas impositivas del país (anticipo de IVA y Ganancias, Impuesto País, entre otros), impactaron sobre los costos internos de los productos.

Asimismo, como otro de los factores que determinó la baja de consumo se puede mencionar la residualidad de nutrientes en el suelo que quedaron de una campaña 22/23 muy baja en producción. Esta fertilidad fue aprovechada, sobre todo, en los cultivos de invierno de 2023.

Por otra parte, aunque se registraron algunos obstáculos en la importación de fertilizantes, no tuvieron un impacto significativo debido a la disminución de la demanda dada por los factores mencionados.

Cabe destacar que, del total del consumo de fertilizantes, el 65 % correspondió a productos importados, principalmente urea y MAP (fósforo), siendo Marruecos, Estados Unidos, Egipto y China los principales países de origen.

En cuanto a la composición del consumo de fertilizantes en 2023, se observó que el 56 % correspondió a productos nitrogenados, seguidos por los fosfatados con un 37 %; los azufrados con un 3 %; los potásicos con un 1 % y un 2 % restante para otros grupos.

Con vistas a la nueva campaña agrícola 2024-25, desde Fertilizar AC destacaron un aspecto alentador: el establecimiento de un nuevo piso de uso de la tecnología.

En los últimos 6 años, el uso de fertilizantes superó las 4.000.000 toneladas y en 2 de ellos, las 5 millones.

“Estamos ante un nuevo nivel de uso de la tecnología que, con adecuadas condiciones de producción, significa hacia el futuro cercano una oportunidad de consolidación y crecimiento”, comentó Roberto Rotondaro, presidente de Fertilizar AC.

Por otra parte, el directivo reconoció el esfuerzo de los productores por mantener el uso de tecnología y la rotación de cultivos en 2023, incluso en condiciones adversas, lo que contribuye a la sostenibilidad del sistema agrícola.

Roberto Rotondaro, titular de Fertilizar AC.

“Este enfoque es parte de una estrategia de manejo clave que busca reducir las brechas de rendimiento y preservar los recursos del suelo mediante buenas prácticas agrícolas”, dijo.

A pesar de los desafíos, el optimismo persiste en el sector agrícola argentino, respaldado por la mejora de las condiciones climáticas (la nueva campaña que comenzará en este mayo arrancará con buen perfil de humedad en casi todas las regiones) y el compromiso continuo con la innovación y la sostenibilidad.

“Tenemos mucho por construir. Si estas condiciones mejoran, y hay indicadores que sugieren que así será, no hay límites para achicar las brechas productivas y alcanzar el máximo potencial de los cultivos”, concluyó Rotondaro.