Así funciona el 911, eje en la seguridad de la Ciudad de Buenos Aires

Victoria Álvarez Fortunato

valvarez@lanueva.com

Periodista y técnica en Comunicación Digital. Próxima licenciada en Comunicación de la Universidad Salesiana de Bahía Blanca. Integra el equipo de redacción web de La Nueva. desde 2022. Ha hecho coberturas sociales y políticas. Además forma parte del equipo de producción audiovisual como conductora y generadora de contenido.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde el ritmo de la vida urbana nunca se detiene, hay un teléfono que no para de sonar.

Con una media de 10.000 llamadas diarias, la central del 911 es el epicentro de la seguridad en la localidad porteña. Cada comunicación que ingresa, atendida en menos de 3 segundos por protocolo (y desafío), lleva consigo una historia y una necesidad. Las preguntas claves —dónde, qué, quién y cuándo— son faros que guían cada acción y cada despliegue de recursos. Y La Nueva. fue testigo del funcionamiento de este sistema.

El teléfono de emergencias de la Policía de la Ciudad es parte de un sistema integral que ubica a Buenos Aires como una de las capitales más seguras de Latinoamérica, según asegura el gobierno porteño, un aspecto más por lo que los turistas la eligen.

De hecho, existe la división de Policía Turística, formada por oficiales capacitados para comunicarse en inglés, portugués e italiano, que dan soporte territorial al sistema. Actualmente se despliegan en cuatro puntos neurálgicos para los visitantes como son La Boca, San Telmo, Recoleta y el microcentro.

En ese sentido, desde la actual gestión informaron que en el último tiempo, más de nueve millones de turistas nacionales e internacionales llegaron a Buenos Aires para disfrutar de sus atractivos. 

Volviendo al 911 y al recorrido al que accedió este medio, se explicó que la misión no se limita a la respuesta inmediata. Detrás de cada llamada se ocultan historias de angustia y desesperación. Es en esos momentos cuando entra en juego el Gabinete de Apoyo Psicológico de Emergencias (GAPE), ofreciendo un sostén emocional para aquellos que lo necesitan, sean turistas o no, claro está.

En palabras de Jorge Macri, actual jefe de Gobierno, "este Centro es uno de las más reconocidos a nivel mundial y tener este nivel de equipamiento nos hace brindar una mayor seguridad no solo a los porteños sino también a los vecinos que ingresan desde la provincia de Buenos Aires o a los turistas que llegan a visitarnos".

La sala de situaciones más complejas es la de operaciones, donde se gestionan desde manifestaciones hasta espectáculos deportivos, que en Buenos Aires son moneda corriente. Allí, cada evento se controla con una frecuencia diferente, asegurando que los recursos estén siempre disponibles.

En la visita, las autoridades contaron también que el 911 se erige como el bastión indispensable en cualquier emergencia, desde casos de violencia de género hasta cuestiones de salud. Por eso, cada llamada es recibida, evaluada y derivada a los teléfonos correspondientes.

Además, con más de 15.000 cámaras, el Centro de Monitoreo Urbano (CMU) busca prevenir el delito y proteger a los ciudadanos, no solo supervisando las calles, sino también enfocándose en el reconocimiento forense y predictivo, empleando dispositivos como drones, cámaras móviles en altura y mochilas equipadas.

El 85 % de los operadores son personas capacitadas para enfrentar cualquier situación que se les presente. Y con la tecnología como aliada, los 25.000 agentes que patrullan las calles están conectados a un sistema de geolocalización, permitiendo una respuesta que, aseguran, es rápida y eficiente.

“En la Ciudad las normas se cumplen. Hay una nueva era en Seguridad”, afirman desde el gobierno porteño.