Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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"No queremos que nos regalen nada, solamente pedimos trabajo"

Desde la ATE local, Pablo Mendoza dijo que "no vamos a parar hasta la reincorporación de los empleados cesanteados de la Armada". También hablaron tres agentes y el párroco César Cardozo.

Fotos: La Nueva.

Por Natalia Miguel

Los trabajadores que sufrieron los despidos "están sufriendo, tengan un poco de empatía. Mañana no tendrán para comer o para mantener una vivienda para su familia”, dijo Pablo Mendoza, secretario general de la seccional Punta Alta de la Asociación Trabajadores del Estado, a propósito de los casi 70 empleados que fueron cesanteados del ámbito de la Armada por orden del Poder Ejecutivo Nacional.

“Les queremos decir a todos, a cada trabajador, al intendente que estuvo presente (en la marcha del último miércoles), a los concejales y sindicatos, que no vamos a parar hasta que se reincorpore a estas personas al sistema laboral".

"El 30 de junio -agregó- tendremos otro gran dilema porque se vienen más despidos. Si se continúa así, desaparecerá la Base y la ciudad”.

“La comunidad entera tiene que entender que cada trabajador civil va todos los días a cumplir con su función. No queremos que nos regalen nada. Solamente pedimos trabajo”.

En tanto Leo Fidalgo, empleado contratado sin renovación, dijo que " hace 9 años que presto servicio a la Armada y de un día para el otro me quedé sin 'laburo'".

"Nuestro sueldo para el Estado es un granito, de 350 mil pesos. Necesito trabajar y que el pueblo nos apoye. Nosotros lo único que queremos es trabajar".

Por su parte, otro trabajador en la misma condición, Martín Manzanares, sostuvo que "la casta no somos nosotros, somos trabajadores que venimos renovando hace años porque no nos pasan a planta permanente".

"El Poder Ejecutivo Nacional no abre las vacantes para que podamos rendir. Mi sueldo es de 300 mil pesos, menos de lo que cobra cualquier persona en Punta Alta".

"La semana pasada un jefe me recibió en un pasillo y me dijo: vos sos Manzanares; sí, respondí. Y siguió: 'bueno porque por el Poder Ejecutivo Nacional te quedaste sin trabajo. Como si nada".

"Este gobierno cuando asumió dijo que iba a ser ajustes, pero no con respecto a los trabajadores. Todas las situaciones que vive el país, en estos 40 años de democracia siempre las pagó el trabajador. Y es el día de hoy que la sociedad no se puede unir para salir adelante, para plantear que hay muchas cosas que se tienen que ver antes de despedir y afectar una zona como Punta Alta, que es un pueblo donde nos conocemos todos y los sueldos bancan a la ciudad y la productividad".

"Hoy ya hay familias que no van a tener ingresos, y que sí tendrán problemas para pagar el alquiler, las deudas en los comercios y el apoyo a sus familias, algunas con enfermedades".

Julieta Brugna, también despedida, expuso que "esto no es una lucha política, no es por colores ni tampoco ninguna bandera. Es por nosotros que fuimos despedidos. Hoy nos encontramos en una situación horrible, desamparados. Somos unas 70 personas en Punta Alta. No estamos hablando de Buenos Aires donde se puede conseguir otro trabajo. Seamos coherentes por favor. La Base Naval le da de comer a Punta Alta y ahora nos quedamos sin empleo más de 70 personas y esto seguirá sucediendo. No termina acá".

"Yo me quedé con un hijo y mi familia que me apoya. Pero hay muchos de mis compañeros que son jefes de familia y ahora quién va a a pagar los alquileres de esta gente, quién le va a dar de comer a esos hijos. Para el que esté escuchando, necesitamos trabajo. Alguien tendrá que hacer algo. Nos tendrán que devolver nuestros puestos o crear nuevos".

Mientras, Dabel Roblín, director de Trabajadores Nacionales de la Provincia de Buenos Aires, dijo que "desde que empezó la ola de despidos, tanto la primera como la segunda, estamos recorriendo casi toda la provincia, acompañando a los compañeros y a las seccionales, que hacen actividades y marchas para tratar de sostener y en todo caso reincorporar a los despedidos que son en cantidades todos los días y creemos que llegarán a los 15 mil".

"Es una gran incertidumbre porque parece que no termina más. Hay un fuerte apoyo mediático y hasta parece que tiene las condiciones para hacerlo. Lo que está sucediendo en Punta Alta es mostrarle a la gente que hay otra realidad, de un Estado que necesitamos todos, cada uno de nosotros, y cada trabajador que despiden y cada organismo que cierran, es un derecho que nos quitan a los ciudadanos comunes".

"No es que están echando a un vago o a un ñoqui, como lo hacen ver por los grandes medios para terminar de destruir todo el aparato estatal", añadió.

Luego expuso que "no hay casi diálogo con el Estado. Hay muchos organismos donde no hay nombramientos y, por lo tanto, no hay funcionarios con los cuales hablar. Los pocos que atienden dicen que en junio o julio se despedirá a más gente. Tienen la meta fija de destruir al Estado".

"Se realizó un plenario nacional, pero la realidad es que apostamos a la unidad de toda la clase trabajadora para avanzar todos juntos en un gran paro nacional y marcha federal en todo el país para frenar lo que se viene. El pueblo se tiene que dar cuenta en manos de quién estamos", cerró el gremialista.

Mantener la esperanza

Al finalizar la marcha del último miércoles, brindó unas palabras a los presentes el párroco César Cardozo, quien dijo que "hoy la Iglesia no es solamente una institución que se hace presente, sino también una Madre que cobija a sus hijos que están sufriendo los despidos. Tenemos que estar presentes, interceder, acompañar, defender e invitarlos para que busquen en medio de este dolor, de este flagelo, la fuerza en Dios, la esperanza".

"Jesús también fue un trabajador, que sufrió las injusticias del mundo laboral, pero su corazón encontró siempre fuerza en el Señor en los momentos de dificultad. Tiene que estar el corazón puesto en la fe para seguir mirando con esperanza".