Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

La competición del festival de Cannes empieza con un drama ruso sobre la deshumanización

En "Loveless", Andrei Zvyaguintsev denuncia una Rusia sin valores ni sentimientos.
Fotos: Reuters

   Loveless, del ruso Andrei Zvyaguintsev, un drama que denuncia una Rusia deshumanizada, y la película con aires de fábula Wonderstruck de Todd Haynes son las encargadas de abrir hoy la competición del Festival de Cannes.

   El director ruso vuelve a la Croisette con Loveless ("Nelyubov"), su quinto largometraje, donde sigue profundizando sobre la situación en su país, que él describe hundido en el individualismo y la hipocresía, sin valores ni sentimientos.

   "No me puedo imaginar hacer algo que no me conmueva. Lo que quiero tratar son los problemas, creo que son importantes", declaró en rueda de prensa Zvyaguintsev, que dijo que se inspiró en una historia real para escribir el guion.

   Para plasmar esta Rusia deshumanizada, el cineasta utiliza esta vez un desgarrador retrato de una familia rota.

   Boris y Zhenya son una pareja de clase media moscovita que, tras años de matrimonio, no se soporta más y decide separarse.

   Cada uno tiene ya un nuevo proyecto vital, él con una joven embarazada y ella con un hombre acomodado. Todavía viven sin embargo bajo el mismo techo y, lo más importante, tienen que ver qué hacen con su hijo Aliocha, de 12 años, que ven como un lastre para su futuro.

   En un ambiente demoledor, el nene es testigo de todas las discusiones y, al final, tras un violento enfrentamiento, acaba fugándose. Los padres se ven entonces confrontados a su búsqueda.

   La policía, sin suficientes medios, poco puede hacer y es una asociación de voluntarios dedicada a buscar personas desaparecidas la que toma el relevo.

   Inspirado por Secretos de matrimonio, de Ingmar Bergman, Zvyaguintsev filma con sobriedad esta pareja, siempre conectada a sus celulares.

   Con unas imágenes de gran belleza, Zviaguintsev muestra paisajes desolados, edificios en ruinas, bloques de pisos, todos aquellos lugares inhóspitos donde podría haberse escondido el niño, reflejo de un país desalmado.

   Otra metáfora que introduce el realizador es a través de las noticias sobre el conflicto ucraniano que los dos protagonistas ven en la televisión. "Hay una dimensión metafísica", apostilló Zvyaguintsev. "La pérdida del niño por parte de sus padres es para Rusia la pérdida de la relación natural y normal con nuestro vecino más cercano, Ucrania".

   El director ruso llega a Cannes precedido por el éxito de Leviatán (2014), una crítica mordaz a la corrupción del sistema político ruso, que obtuvo en la muestra francesa el premio al mejor guion. Tres años antes, se alzó con el premio especial del jurado en Una Cierta Mirada por Elena. Este año podría llevarse la Palma de Oro.

La complejidad de la niñez

   Otra de las películas en pelea por el máximo galardón que se presentó este jueves fue Wonderstruck, del estadounidense Todd Haynes.

   Basada en el libro infantil homónimo de Brian Selznick, la película narra de forma intercalada la historia de dos niños sordos que parten solos a Nueva York en busca de uno de sus progenitores, en dos momentos distintos, 1927 y 1977.

   Haynes expone la complejidad de la niñez, con toda su vulnerabilidad y su fuerza, en este drama con aires de fábula que cuenta en el reparto con Julianne Moore y Michelle Williams.

   El cineasta estadounidense asumió un sinfín de desafíos técnicos: trabajar con niños, filmar dos épocas (una en blanco y negro y la otra en color), y hacer una película en parte silenciosa para reflejar la sordera de sus protagonistas.

   "Nada fue fácil en esta película", admitió Haynes, cuya película anterior, Carol, fue presentada hace dos años en Cannes y obtuvo seis nominaciones a los Óscar.

   Por otra parte, la película chilena Los perros, de Marcela Said, abrió la competición de la Semana de la Crítica, una sección paralela independiente dedicada a los nuevos talentos.

   Said, que ya estuvo en la Quincena de Realizadores en 2013 con su primer largometraje, El verano de los peces voladores, presenta ahora una historia centrada en una mujer burguesa cuadragenaria que se siente atraída por su profesor de equitación, un excoronel que trabajó en la policía secreta de Augusto Pinochet. (AFP-NA)