Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Incontinencia, algo que nos complica la vida si no lo tratamos

Es un problema que puede afectar tanto a los hombres como a las mujeres. Con el paso del tiempo, puede llegar a acentuarse.
Incontinencia, algo que nos complica la vida si no lo tratamos. Salud. La Nueva. Bahía Blanca

David Roldán

droldan@lanueva.com

La incontinencia urinaria afecta a cerca del 30 por ciento de la población.

Aumenta con la edad y puede ser desde leve hasta muy severa.

La incontinencia fecal se presenta con menor frecuencia, pero ocurre hasta en el 18 por ciento de la población o sea casi 1 persona cada cinco.

Distintos tratamientos permiten retomar el control y mejorar la calidad de vida.

La clave es consultar con los que saben coloproctólogos, uroginecólogos y urólogos.

Quienes tienen el problema, suelen demorar el diagnóstico por vergüenza, viven aislados y sufren en silencio.

A los 57 años, María R. llevaba una vida apacible.

Sin embargo, un problema impensado comenzó a opacar sus días y no se animaba a hablarlo con nadie.

Sentía vergüenza. Primero fueron esas súbitas sensaciones de apuro, de “no llegar” y también algunas pequeñas pérdidas, casi imperceptibles, pero el problema empeoró y se hizo más complejo.

No solamente tenía serias dificultades para contener sus imprevistos deseos de orinar, sino que también se le hacía cada vez más complicado manejar voluntariamente el control de la evacuación intestinal.

Los pañales para adultos y la ropa interior adaptada al problema eran parte de sus elementos de uso cotidiano.

Desesperada, Marta ya no se animaba a salir de casa sin auténtico kit de emergencia para cambiarse después de cada eventual episodio. Y si la salida no aseguraba tener un baño cerca, prefería quedarse en casa.

Su personalidad cambió. Se volvió poco sociable, hosca y estaba siempre tensa.

Después de más de un año de sufrir en silencio, Marta se animó a pedir ayuda médica.

Y lo que ocurrió fue toda una sorpresa: ella no estaba sola.

La incontinencia (tanto urinaria como fecal) era un problema mucho más común de lo que pensaba.

Y existían, además, distintos tratamientos para abordarlo en forma exitosa, con tasa de recuperación que puede alcanzar hasta el 90 por ciento de los casos.

“Es frecuente que los pacientes se resignen frente a estos trastornos y no consulten. Sin embargo, los especialistas de las áreas de coloproctología, uroginecología y urología pueden brindarsles orientación.

“Es vital la consulta para que médico y paciente puedan trabajar juntos y buscar una solución que permita a quienes sufren estos trastornos llevan una vida normal”, explica el doctor Guillermo Rosato, médico del Servicio de Coloproctología del Hospital Universitario Austral.

En tanto, la incontinencia urinaria es definida como la incapacidad para controlar y retenerla evacuación del contenido vesical.

La incontinencia anal consiste en la incapacidad de controlar y contener la evacuación del contenido del recto.

Un factor adicional que complica ambas situaciones es la urgencia que, según explica el doctor Rosato, es la “necesidad imperiosa de evacuar el contenido de la vejiga o del recto”, lo que da lugar a uno de los fantasmas más temidos de ambos problemas: los “escapes” de tipo involuntario.

Ambas situaciones pueden presentarse, además, con distintos grados de severidad.

Según el estudio Epicont, realizado en Noruega, sobre casi 28 mil mujeres, un 25 por ciento de las mayores de 20 años, es decir una de cada 4, manifestó algún tipo de incontinencia urinaria.

Entre los hombres, un tercio sufre la pérdida del control de su vejiga en su adultez.

De acuerdo con los estudios poblacionales en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia, la incontinencia fecal ocurre hasta en el 18 por ciento de la población.

Sólo del 15 al 45 por ciento de quienes la padecen buscan asesoramiento.Como la incontinencia femenina de esfuerzo suele estar vinculada a la hipermovilidad de la uretra, los ejercicios de Kegel son una buena opción terapéutica para mejorar el bajo tono de la musculatura del suelo o piso pélvico, porque trabajan en la contracción de esos músculos.

Los ejercicios del piso pelviano o de Kegel deben hacerse con un kinesiólogo especializado.

Hay que realizarlos con una frecuencia determinada cada día, con repeticiones específicas.

Son, como mínimo, seis sesiones separadas una vez por semana, pero después hay que seguir haciendo el tratamiento.

La rehabilitación leva su tiempo y la tasa de curación es del 80 por ciento, sobre todo en casos de incontinencia leve.

Estos ejercicios también pueden ser realizados por los hombres, pero no siempre son suficientes para solucionar el problema.

En casos más avanzados, en las mujeres se puede realizar una cirugía antiincontinencia con malla o sling que sostiene la uretra.

Con esta cirugía la rehabilitación es inmediata en casi el 90 por ciento de los casos.

Cuando la incontinencia, en cambio es de urgencia los escalones terapéuticos también empiezan por los ejercicios de Kegel y el cambio de hábitos.

(*) Médica uroginecológica.