Biocombustibles: ¿cuáles son los proyectos alternativos de seis provincias?

Se trata de acompañar la desregulación del Gobierno, pero equilibrando la participación en el mercado de pymes y grandes productores.

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09:06 | 09/02/2024

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Por Guillermo D. Rueda

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

Del Círculo de Periodistas Deportivos de Bahía Blanca. Trabajó en la revista Encestando (1985-2000). Actualmente, desde 1987 es redactor de la sección La Ciudad del diario La Nueva Provincia. Es periodista especializado en el sector agropecuario desde 2001. Miembro de la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios (Abopa). Responsable página web de la Asociación de Ganaderos (AGA).

El debate respecto de los biocombustibles (sobre usos y costumbres) en la Argentina parece anterior, incluso, a los propios biocombustibles. Ahora, en verano se incentivó a partir de la propuesta del proyecto de ley denominado Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, aprobado (en general) en la Cámara de Diputados el último viernes 2, pero finalmente enviado en comisión (en particular) este martes 6 en el Congreso de la Nación.

La propuesta llegó —con no pocas modificaciones—, sorteó el primer escollo y siguió un tratamiento que, se presumía, iba a ser prolongado. No fue así.

En este sentido, desde los sectores productivos y desde los ámbitos oficiales de seis provincias de fuerte presencia respecto de la producción de biocombustibles —a excepción de Buenos Aires, que no intervino no obstante su eventual incidencia productiva— fueron más allá del recurso de la queja y presentaron una visión alternativa que, si bien apoya la desregulación, pretende equilibrar la participación en el mercado de las pymes y de los grandes productores.

Quien lidera la propuesta es el gobierno de Santa Fe, que posee casi el 80 % de la capacidad instalada. Y los adherentes son de las provincias de Córdoba, Tucumán, Entre Ríos, Salta y Jujuy.
Antes de comparar los porcentajes de cada una de las partes (de fuerte repercusión en el debate), conviene explicar de qué se trata la cuestión en términos productivos para una mayor comprensión del ciudadano de a pie.

Verónica Geese, de Esperanza, es la secretaria de Energía santafesina y lo explica de esta manera: “Santa Fe tiene todo para ser una provincia energética. Acá se producen los biocombustibles en biorefinerías. Son las que tienen muchos subproductos que, al tratar esa materia prima vegetal, en general, va generando otros que son muy utilizados y poseen potencialidad. ¿Un ejemplo? la glicerina como subproducto del biodiesel que, hoy, tiene costos altísimos”.

Del mismo modo que los funcionarios del área de Bioeconomía nacional sostienen que en el campo hay una Vaca Viva que hay que despertar, la funcionaria argumenta su sentido localista: “Si el Gobierno tiene en cuenta la sugerencia que le hacemos junto a otras provincias para modificar los artículos referidos a biocombustibles, sin dudas que Santa Fe va a tener más participación en el mercado energético nacional. Sabemos que contamos con la potencialidad de una Vaca Muerta, pero de biocombustibles, que tenemos que seguir aprovechando para convertirnos en un jugador más importante en el mundo de la energía”.

El proyecto del Ejecutivo establece una desregulación que expone a las pymes respecto de los grandes productores. Esta disparidad (según se entiende desde todoagro.com.ar) es la que se busca saldar desde el punto de vista de la eficiencia, obteniendo el mejor precio posible para cada uno de los segmentos por medio de licitaciones (así se propone en la ley ómnibus).

Geese señala esta particularidad: “El proyecto impulsa la existencia de dos segmentos. Uno de las no integradas, que son las empresas que no son dueñas del aceite; las pymes. Y en el otro las integradas, que sí son las propietarias del aceite”.

Verónica Geese, secretaria de Energía de Santa Fe.

¿Los cortes? En biodiesel hoy es del 7,5 %. En el dictamen se pretende subirlo —por medio de escalas— al 10 % y, luego, al 15 % (al 1 de enero de 2028). En principio, el Gobierno había lanzado 12,5 % al 1 de enero de 2026. Luego lo corrigió. ¿Las provincias? Quieren —al ritmo de un alza cada seis meses— el 15 % al 1 de abril de 2026.

En el caso del bioetanol (hoy en el 12 %), el proyecto del Ejecutivo se sostiene en que la mezcla con naftas debe llegar al 15 % para febrero de 2026, en caso de aprobarse una ley en este tiempo. Aquí, las provincias tienen objetivos: pretenden un rango de mezclas obligatorias de bioetanol con naftas del 18 al 27 % a partir del tercer año de la puesta en vigor de la ley; es decir, también en febrero, o marzo, de 2027.

Las provincias quieren que, cuando llegue la participación de mezcla de biodiesel con gasoil al 10 % —fijado en el dictamen— sea establecida por licitaciones en segmentos separados. Esto es, que el 6,5 % del corte (de ese 10 %) lo liciten las no integradas y pymes, entre sí; y que el otro 3,5 % las integradas, o grandes aceiteras, entre ellas.

Ahora, para cuando el corte llegue al 15 % (febrero de 2026, acaso), el biodiesel se licitará sin distinción de tamaños ni segmentos entre todas las empresas. De todos modos, por estas horas esto sigue en abierta discusión.

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